27 de Septiembre: Llegada a Acapulco.


El viernes 27 de Septiembre a las 3:00pm el Champ, junto con su tripulación barbuda y un tanto maloliente, arribó al Club de Yates de Acapulco después de recorrer más de 2,800 millas náuticas (5,100km aproximadamente). En el muelle nos esperaba la familia más cercana que a la distancia nos saludaban moviendo los brazos. Junto al mástil del Champ volaba la bandera de México y una bandera amarilla de “cuarentena” que se debe colocar hasta que se hayan cumplido todos los trámites de aduana y migración. Minutos antes Ricardo había dejado preparadas las amarras y los fenders por lo que la llegada al muelle de combustible fue algo relativamente sencillo. Una vez que estuvo perfectamente asegurado, apagamos el motor y comenzaron los abrazos. Para Ricardo, ese fue el fin de una gran aventura. Para mi, tan solo un respiro antes de iniciar la vuelta al mundo en solitario y sin hacer paradas.

Bajar a tierra después de tantos días en el mar es una extraña sensación ya que el mundo se deja de mover de un lado a otro permanentemente y el cuerpo, que ya se había acostumbrado a estar sometido al vaivén y a compensar para ello, sigue tratando de compensar. Esto resulta en un ligero mareo que a mi me dura dos o tres días. Tuvimos tan buenas experiencias en el mar en esta ocasión que no podría decir que regresar a tierra fue un descanso. Simplemente parte del proceso.

En el transcurso de la tarde nos visitaron las autoridades de aduana y tuvimos que ir al aeropuerto para hacer el trámite de migración. Agradezco mucho al personal que hizo favor de atendernos que lo hizo con toda cortesía y profesionalismo. Da gusto que la primera impresión que recibimos de nuestro país haya sido tan agradable. El lunes tendremos que realizar los trámites finales ante la Capitanía de Puerto.

Nos encontramos con un Acapulco golpeado por las grandes tormentas. Las cicatrices son evidentes en toda la ciudad aunque los principales daños ocurrieron en colonias que no hemos visto y es difícil imaginar lo difícil que fueron esos días en que la ciudad estuvo bajo el agua. Hay una escases general de agua potable (aunque agua embotellada si hay disponible). Los centros en los que se distribuyen los víveres donados en los centros de acopio y las delegaciones de la Cruz Roja dan ayuda permanente a los damnificados. Pero a pesar de ver a esta ciudad herida, la actitud de la gente es completamente diferente. Es gente que ha pasado por momentos difíciles una y otra vez. Huracanes, tormentas, violencia, crisis económicas y demás. Nada parece doblar el espíritu de los acapulqueños. Por crítica que sea la situación, presentan su mejor cara ante la adversidad y al final se levantan con una fortaleza que espero recordar en los momentos difíciles que me encuentre en el mar.

Ya he comenzado con las compras finales de provisiones, y con las reparaciones  y mejoras que se volvieron indispensables durante este trayecto de Seattle a Acapulco. Y aunque la fecha de salida para la vuelta al mundo aún es incierta, tengo como objetivo estar preparado para el jueves 3 o viernes 4 de Octubre.

Gracias por todo el apoyo, mensajes y comentarios durante esta parte de preparación. 

25 de Septiembre: evidencias del Huracán Manuel y nuevos ciclones.

El buen avance que llevábamos terminó hace unas horas con vientos provenientes del SE (la dirección a la que nos tenemos que dirigir) y la formación de una nueva depresión tropical al Sur de las costas de Guerrero. La noche fue complicada y con pocas oportunidades de descansar debido a los varios chubascos que nos encontramos en la noche y a la cantidad de tráfico de buques comerciales. Los chubascos implicaban lluvia, vientos violentos de hasta 30 nudos y tormentas eléctricas. Una noche para no aburrirse. Pero alrededor de las 12:00pm del día de hoy, el viento primero se murió y después cambió de rumbo.

Por otro lado, recibimos un reporte y pronóstico del clima que señalaba la formación de una nueva depresión tropical que implicaría que los vientos de frente que llevábamos aumentarían hasta 30 o 35 nudos lo cuál haría imposible cualquier avance. En ese momento consideramos dos opciones. Parar en el puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán para esperar el paso de esta tormenta; continuar a motor para avanzar hasta donde no estaríamos en peligro cuando se desarrollara más la depresión tropical. Optamos por la segunda.

En menos de 24 horas de navegación pasaremos de las costas de Jalisco a las de Colima, Michoacán y Guerrero. Pero hace unas horas empezamos a ver de vez en cuando troncos en el agua. Estos objetos se fueron volviendo cada vez más comunes hasta que vimos que se formaban islas de troncos, ramas, y maleza en general. Entendimos que esta franja de objetos a unas 5 millas de la costa son las evidencias del Huracán Manuel, consecuencias de las lluvias, inundaciones y deslaves. Hemos visto decenas de kilómetros de estos objetos y hemos tenido que estar alerta y navegar alrededor de ellos. Pero el más impactante fue un objeto que a la distancia nos pareció un barco en el horizonte. Pero luego se alcanzó a ver que era un gran árbol completo. La parte que flotaba sobre el agua debe haber sido del tamaño de una casa. Aunque sí habíamos escuchado sobre el alcance de esta tormenta, ver todos estos objetos nos deja ver la fuerza devastadora que tuvo Manuel y de la cuál nos salvamos por una semana. Nuestra solidaridad con todas las personas afectadas y ya veremos en Acapulco de qué manera podemos apoyar.

La computadora nos marca sólo 40 horas para llegar a nuestro destino. Nos quedan dos noches en el mar y hoy tendremos que estar atentos al tráfico saliendo de Lázaro Cárdenas. Pero el que ahora la luna esté saliendo tarde y no con mucha intensidad nos permitirá ver más fácil las luces de navegación de los barcos a la distancia. 2,636 millas náuticas recorridas y 207 por recorrer.

24 de Septiembre: La recta final

Antes que otra cosa, muchas gracias a todas las personas que nos han enviado sus mensajes de apoyo desde www.davidliano.com Nos da mucho gusto recibirlos y tener la oportunidad de contestarlos.

Nos encontramos a unas 15 millas al SO de Barra de Navidad en las costas de Jalisco. A lo lejos se alcanzan a ver algunas montañas pero en general la costa está cubierta por nubes. Pero se siente bien estar cerca de tierra. En las últimas 24 horas tuvimos vientos bastante variables y hubieron cerca de 3 horas en la madrugada en las que no era ni siquiera suficiente para que avanzara el Champ. Durante 24 horas usamos el spinnaker (la vela hecha de un material muy ligero que se usa cuando hay poco viento) pero en la noche se pronosticaban chubascos aislados y teníamos que estar muy atentos a estos porque nos podrían causar bastante daño en caso de encontrarnos con esta vela fuera.

En los momentos en el que no hay viento suficiente para sostener las velas, el movimiento de las olas hace que la botavara se mueva de un lado a otro y comiencen a golpear los cabos y la jarcia, los grilletes, etc. La cabina del velero se vuelve una caja de resonancia que amplifica los sonidos y es imposible descansar. También, nos pasaron cerca, demasiado cerca, diría yo, dos enormes cargueros en ocasiones diferentes. En resumen, anoche no se pudo descansar.

Las condiciones mejoraron mucho a media mañana y llevamos viento de popa constante y suficiente para desplazarnos a 6 nudos hacia nuestro destino. Llevamos más de tres semanas desde que iniciamos esta aventura, hemos recorrido 2,503 millas náuticas y nos quedan 334 millas náuticas por recorrer. Con la distancia que hemos recorrido ya hubiéramos llegado a Hawái. Pero a pesar de que se ve cerca nuestro destino, hay que tener paciencia y disfrutar cada una de las 52 horas de esta recta final que la computadora estima que nos faltan para llegar a Acapulco.

22 y 23 de Septiembre: Ya en costas de Jalisco.

La última vez que escribí aquí estábamos pasando a pocas millas de Cabo San Lucas y hasta alcanzamos a tener recepción en el teléfono celular. Me parece increíble pensar que hace nada más seis meses estaba ahí, participando en mi primer Ironman. Cuanto ha pasado en tan poco tiempo.

De una forma lenta pero constante continuamos nuestro paso desde la península de Baja California hasta las costas de Jalisco. El viento había venido constantemente del NO pero la velocidad se fue volviendo variable. En ocasiones teníamos rachas de hasta 25 nudos y luego pasábamos varias horas sin mucho avance con viento de 7 nudos. La mala noticia es que hasta nuestra llegada a Acapulco se espera que sigan estas condiciones por lo que seguiremos avanzando lentamente. Hoy comentaba con mi papá que no hace más de una semana en estas mismas aguas había una tormenta tropical que llegó a causar tantos daños y hoy el mar está en perfecta calma.

Mañana amaneceremos a pocas millas de la costa de Jalisco y comenzará lo que considero que es la recta final de este viaje. Pasaremos por Manzanillo, Lázaro Cárdenas, Ixtapa y finalmente Acapulco. El resto del recorrido lo haremos muy pegado a la costa, tal vez a unas 10 millas náuticas, para aprovechar los efectos térmicos del calentamiento y enfriamiento de la tierra que generan las brisas que nos ayudarán a llegar a nuestro destino. Desafortunadamente se espera que en el camino nos podamos encontrar chubascos en los que el viento puede llegar a 30 o 35 nudos (60km/h) en algunos minutos. Durante el día se pueden ver a la distancia y podemos preparar las velas para eso. Pero en la noche no se alcanzan a ver y pueden causar bastante daño al Champ.

Hoy nos vinieron a visitar dos grupos de delfines. Los segundos mucho más animados que los primeros. También me tocó ver hace un par de días una tortuga solitaria. En cuanto a barcos, nos hemos encontrado bastantes de carga y ayer tuvimos un encuentro cercano con un barco de pesca. En las noches que nos quedan tendremos que estar mucho más atentos. Por lo pronto, sólo nos queda aprovechar estos últimos días antes de nuestra llegada a Acapulco, a finales de esta semana.

20 y 21 de Septiembre: Adiós Baja California

Estos dos días hemos continuado con nuestro progreso hacia el suroeste. La dirección del viento se ha mantenido constante aunque la velocidad ha variado mucho. En ocasiones, el viento sopla a 20 nudos constantes y en otras baja hasta 7 u 8 nudos, apenas suficiente para avanzar. Estos vientos flojos normalmente ocurren en la madrugada y al no ser suficientes para que el Champ mantenga una velocidad constante, las velas golpean todo el tiempo y hace muy difícil poder descansar en la noche. Sin embargo, el promedio de millas náuticas recorridas por día ha sido similar: 140, 136, 145, 131, etc.

El sol se nos había ocultado por más de 10 días y estos últimos dos ha brillado casi todo el día, recargando las baterías del Champ a través de los páneles solares. Pero la diferencia más grande que hemos notado ha sido con la temperatura. Hace una semana todavía estábamos arropados hasta con dos chamarras y ahora con una playera de manga corta es suficiente. Cuando iniciamos en Seattle a 48º de latitud Norte el solo no era ni la mitad de lo intenso que es a 22º. Tenemos que ponernos bloqueador solar tres o cuatro veces al día y de cualquier manera ya noto mis brazos más oscuros.

Aprovechando el buen clima, hemos ido poco a poco dándole mantenimiento a algunas partes del Champ. En cierto momento noté que una pieza crítica del "whisker pole" (el tubo de aluminio que sostiene a la genovesa [vela frontal] cuando el viento viene de popa) estaba severamente dañado y por teléfono satelital llamé a Seattle para que nos enviaran una pieza nueva para la circunnavegación. Lo irónico es que seguramente este repuesto llegará a Acapulco antes que nosotros.

También Ricardo y yo continuamos con la rutina que hemos adoptado desde que iniciamos esta travesía: despertar a las 6:00am y llenar la bitácora por primera vez en el día; preparar una tasa de café para tomarla viendo el amanecer; revisar pronósticos y correos; preparar el desayuno y una segunda tasa de café; trabajo de mantenimiento del velero; un rato para leer; llenar la bitácora por segunda vez; preparar la comida; un rato de descanso y lectura; contestar correos y tomar decisiones de navegación; leer un rato más; llenar la bitácora por tercera ocasión; ver el atardecer; preparar la cena; escuchar música un rato; y finalmente, dormir, despertando cada media hora para ver el tráfico de barcos y condiciones climatológicas. Algo que hacemos durante todo el día es ajustar y cambiar las velas cuando lo requieren, y platicar.

Ayer por la noche nos tocó ver la salida de la luna y fue un gran evento. Sabíamos la hora a la que deberíamos esperarla (7:19pm) pero al principio confundimos su salida con un gran barco completamente iluminado en el horizonte. Parecía una ciudad flotante. Luego alcanzamos a ver en el sistema AIS que era un crucero de Celebrity. Pero algunos grados más al norte, comenzó a salir la luna, con el efecto de verse mucho más grande al estar cerca del horizonte. El color era el de la clásica luna color miel. El crucero continuaba hacia el norte mientras nosotros seguíamos hacia el SE. Poco a poco, el enorme crucero se colocó justo de bajo de la luna e hizo un efecto muy curioso. La ciudad flotante y la luna de miel sobre ella.

Hace media hora vimos tierra por primera vez en dos semanas. Es la parte más austral de la península de Baja California y pasaremos a unas 10 millas de Cabo San Lucas. Con esto nos despediremos de esta península, la cuál nos trajo buenos vientos y mar en calma. Mañana platicaré de mi experiencia más reciente en Los Cabos, aunque esta no tuvo que ver con navegación. Millas náuticas recorridas: 2,134 millas náuticas recorridas y 709 por recorrer.

19 de Septiembre: Recuerdos de Baja California

(En caso de responder, favor de hacerlo en un correo por separado, sin el contenido original)

El paso por esta larga península de Baja California me ha hecho recordar un viaje que hicimos en familia hace casi 15 años por estos lugares. Fue una aventura con tíos y primos en la que salimos en una camioneta desde la Ciudad de México y llevamos varias bicicletas de montaña con la intención de subirnos a ellas durante parte del recorrido. Hicimos algunas paradas hasta llegar a Mazatlán y ahí nos subimos al ferry que cruza hasta La Paz, Baja California Sur. Era verano y para nuestra mala suerte no servía el aire acondicionado del barco, por lo que la cabina que habíamos reservado terminó vacía y todos acabamos durmiendo en la cubierta del transbordador donde la brisa nos hacía más tolerable la noche.

Ya en la península íbamos acampando en la playa cuando podíamos y en otras ocasiones nos tuvimos que quedar en pequeños hoteles. Uno de los lugares más bonitos que recuerdo es Cabo Pulmo, donde la magia está en los impresionantes arrecifes a lo largo de la costa. Todavía lo considero como uno de los mejores buceos que he hecho en mi vida. Pasamos por Los Cabos y continuamos hacia el norte, acampando y pedaleando de vez en cuando. Cruzamos por las grandes salinas, por Loreto, vimos cientos de leones marinos y comimos tacos de pescado en Rosarito. Fuimos siempre hacia el Norte.

Sin embargo, el momento extraordinario ocurrió cuando en un pequeño pueblo (no recuero el nombre) se nos acercó una persona ofreciendo llevarnos a ver pinturas rupestres. Obviamente eran otras épocas en cuanto a temas de seguridad y no lo dudamos ni un momento. Manejamos algunos kilómetros y pronto se terminó el camino. Continuamos a pie por el desierto siguiendo a nuestro guía, llegando hasta un angosto cañón de roca rojiza, de unos 30 metros de alto y unos 5 de ancho. Primero caminamos dentro del cañón, pero habían unas secciones donde se formaban pozas y tuvimos que cruzar nadando. Pero finalmente llegamos hasta unas cuevas parcialmente cerradas y ahí vimos claramente las figuras en las paredes y en el techo. Eran de color rojo y negro, figuras de personas y animales hechas hace tal vez cientos de años.

Me siento muy afortunado de haber podido hacer ese viaje hace años y ahora, navegando a lo largo de la Península de Baja California hacia el Sur, me parece como si apenas estuviera yendo a casa, de regreso de esa aventura.

17 y 18 de Septiembre: Tormenta Tropical Manuel y buenos vientos por aquí.

(En caso de responder, favor de hacerlo en un correo por separado, sin el contenido original)

Como seguimos en la parte final de la temporada de huracanes, estábamos conscientes al iniciar el viaje en esta fecha que existía riesgo de encontrarnos fuertes tormentas en el trayecto. Pero de pronto las costas del Golfo de México y del Pacífico se vieron atacadas por varios eventos meteorológicos de forma simultánea. Pero afortunadamente para nosotros, la única zona que realmente quedó libre de estos problemas fue la península de Baja California.

Estuvimos monitoreando la formación de Manuel desde que inició como una zona de baja presión, luego como depresión tropical y luego como tormenta tropical. Fuimos siguiendo su movimiento y posteriormente llegada a las costas de Jalisco y nos enteramos de todos los daños que dejó a su paso. Y dormimos más tranquilos cuando por fin vimos que la tormenta tropical se desintegró al tocar tierra. Sin embargo, horas después ya se hablaba de que los chubascos aislados que habían quedado se estaban juntando de nuevo y que Manuel avanzaría como depresión tropical hacia la parte sur de la península de Baja California tocando tierra en los siguientes días. Desde hace algunos días empecé a analizar con Ricardo los puertos de la costa oeste de la península para ver cuáles nos podrían ofrecer el mejor refugio en caso de que la tormenta se dirigiera hacia acá y marcamos varios en nuestras cartas de navegación. Pero el "Manuel" que llegará a la península llegará cojeando y muy debilitado, y lo peor que nos llegará, si a caso, es un poco de lluvia.

Los días han sido muy similares desde que pasamos por San Francisco, California. Viento del NO de entre 15 y 25 nudos y olas de hasta dos metros. Como nos dirigimos al SE siguiendo la costa de Baja California, hemos tenido viento en popa durante casi una semana. Hemos estado avanzando en promedio 140 millas náuticas por día (aproximadamente 250 kilómetros) navegando día y noche. Los días han sido grises pero el sol se ha asomado de vez en cuando. Las noches han sido nubladas pero se alcanza a filtrar la luz de la luna llena. Hoy sentimos por primera vez un gran cambio en la temperatura. Ya regresaron a las maletas las grandes chamarras que traíamos y por primera traigo solamente una playera de manga corta.

Otro cambio que he percibido es que hay mucho más tráfico marítimo en estas costas de lo que teníamos hace unos días. Pienso que es por la cantidad de barcos que se dirigen al norte hacia Long Beach y Oakland y los que van al sur rumbo a Manzanillo, Lázaro Cárdenas y Panamá. He tenido que volver a despertar cada 30 minutos por la noche.

Llevamos 1,737 millas náuticas recorridas y faltan 1,095 por recorrer.

16 de Septiembre: Grito de Independencia en altamar

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Me ha tocado estar fuera de México muchas veces durante las fiestas de septiembre y es por eso que, como lo comentaba ayer, cuando sí estoy en México trato de ir a escuchar el grito a alguna delegación del DF o cabecera municipal. Entre mis favoritas están Valle de Bravo, Cuajimalpa y Naucalpan. También acostumbrábamos a ir a Coyoacán. Pero ayer por coincidencia entramos a aguas mexicanas alrededor de medio día y tuvimos la esperanza de llegar a escuchar algo en el radio a pesar de estar a cientos de kilómetros de la costa.

Hace casi 10 años que fui por primera vez a escalar a los Himalaya y en la época antes del iPod, los reproductores mp3 y el correo electrónico en los celulares era común llevar radios de onda corta para estar al tanto de las noticias de la BBC y Voice of America. En ese entonces compré un pequeño radio Grundig que a demás de tener 6 bandas de onda corta también cuenta con AM y FM. Con este pequeño radio me he mantenido informado durante mis expediciones de guerras, elecciones, epidemias y otros temas más agradables. Pensé que sería buena idea traerlo en este viaje.

El Grito de Independencia se da a las 11:00pm y para nosotros, con la hora del Pacífico, seria a las 9:00pm. Pero desde la tarde estuve buscando en mi pequeño radio estaciones en Español. Nos encontrábamos todavía muy cerca de Los Ángeles y San Diego y dominaban las estaciones americanas. El sol se metió. Preparamos la cena e intenté de nuevo. Ahora eran las 8:00pm y ya sonaban dos estaciones de Tijuana pero ambas transmitían música. Al seguir sintonizando, encontré que estaban transmitiendo un juego de futbol americano entre los Halcones Marinos de Seattle y los 49s de San Francisco. Nos quedamos escuchando el juego durante un buen rato. Estábamos Ricardo y yo dentro de la cabina del Champ mientras este se mecía de un lado a otro por las olas y avanzaba a una velocidad constante de 6 nudos. La cabina estaba completamente oscura a excepción de los focos rojos y verdes de los instrumentos. Estábamos tan interesados en el juego que cuando se terminó el tercer cuarto volteé a ver mi reloj y ¡eran las 9 en punto!

Rápidamente busqué entre las frecuencias de FM y justo en la primera que sintonicé se escucharon unas campanadas seguidas del presidente Peña diciendo: Mexicanos, ¡vivan los héroes que nos dieron patria!.. Con mucha emoción escuchamos con perfecta claridad al resto del grito, el himno nacional y los mariachis que siguieron. Que orgullo de ser mexicanos. Y para terminar la noche aún mejor, los Halcones Marinos terminaron de apalear a los 49s.

Mañana recibiremos un nuevo reporte y pronóstico meteorológico con el que veremos los efectos que nos traerá la tormenta tropical Manuel. Distancia recorrida: 1,465 millas náuticas y 1,364 por recorrer.

14 y 15 de Septiembre: tormentas, navegación y grito de independencia

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Algo que se ha vuelto indispensable en estas épocas para realizar una travesía larga navegando es contar con reportes y pronósticos meteorológicos durante la ruta. Hemos estado recibiendo información de Commander's Weather a través del correo electrónico y al principio los recibíamos cada cuatro días. Pero cuando ha habido sistemas meteorológicos que pueden ponernos en riesgo, los hemos recibido cada dos días. Adicionalmente hemos estado recibiendo información a través del radio VHF ya que la agencia NOAA del gobierno de los Estados Unidos tiene canales dedicados a difundir reportes y pronósticos específicamente para la navegación.

Gracias a la información recibida, en los últimos días evitamos una banda de vientos de más de 30 nudos a lo largo de la costa sur de California y nos dirigimos en una dirección más al sur. Pero ahora estamos siguiendo con gran atención y cuidado a la tormenta tropical Manuel. Sabemos que tocará tierra esta tarde pero también se pronostica que pueda salir al mar de nuevo mañana y dirigirse hacia el Mar de Cortés o hacia la Península de Baja California, tomando fuerza.

Por ahora continuaremos nuestro rumbo hacia el SE, pasando entre la Isla Guadalupe y la Bahía de Tortugas, siguiendo hacia Cabo San Lucas. Pero en caso de que Manuel se fortalezca y se dirija hacia acá, es probable que tengamos que parar en algún lado hasta que pase.

Hoy 15 de Septiembre pasaremos la noche en aguas Mexicanas. Tengo esperanza de que con alguno de los radios podamos sintonizar alguna estación de radio mexicana y que podamos escuchar la transmisión del grito de independencia. Aunque estaremos solos en el mar y no en alguna plaza como acostumbramos pasarla, será un gusto ya estar en México. 1,280 millas náuticas recorridas y 1,550 por recorrer.

12 y 13 de Septiembre. Más sorpresas, buen viento y primer análisis (no tan bueno)

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Parecía difícil poder mejorar el espectáculo de tantos y tantos delfines saltando alrededor de nosotros pero ayer en la mañana tuvimos otro encuentro que seguramente será único en nuestras vidas. El viento había cambiado y ahora soplaba del NO por lo que navegábamos con facilidad pero muy despacio. Durante el resto del día habría aumentado. Alrededor de las nueva de la mañana me encontraba leyendo con Ricardo en la cubierta del Champ cuando sin ningún aviso hubo un muy fuerte ruido en el agua a pocos metros de la popa del Champ. Estando completamente desprevenidos, nos sobresaltamos y al voltear ¡nos encontramos con una enorme ballena (creo que eran ballenas jorobadas) que salía del agua y se volvía a sumergir! Unos metros a su izquierda, otra ballena estaba saliendo del agua, soltando aire, y sumergiéndose. No dábamos crédito a lo que veíamos. Cuando estaban abajo del agua sólo se alcanzaban a ver sus aletas laterales que son de un color casi blanco. Volvieron a salir del agua, exhalar, inhalar y sumergirse, sacando su enorme cola antes de hacerlo.

Hace un poco más de un año, navegando por esta zona, nos tocó ver muy a lo lejos grupos de ballenas que salían a respirar unas tres o cuatro veces y se sumergían sin regresar. Estas salían una y otra vez, atrás del Champ, a un lado, al otro, a veces sólo sacaban la cara como para vernos y otras se sumergían muy profundo. Una de ellas se sintió muy confiada y trató de cruzar por la proa pero no alcanzó a librarla y nos empujó ligeramente hacia un lado. Estábamos tan cerca que alcanzábamos a ver todas las marcas en la piel y las incrustaciones que se les hacen y nos llegaba el olor de lo que exhalaban. La misma que llegó a tocar el barco se dedicó también a salir a la superficie, girar y quedar con la panza hacia arriba y volverse a sumergir. Todo esto una y otra vez a no más de cinco metros de distancia. En la primera oportunidad compartiré fotos y videos de este encuentro inolvidable. Tras casi dos horas de acompañarnos, se sumergieron y desaparecieron. Sólo hubo una tragedia en todo este proceso, el celular de Ricardo. Estuvo usándolo para sacarles foto y video, y en una ocasión se lo colocó en la bolsa de la chamarra, giró y este cayó al mar. Hasta siempre, iPhone.

Los vientos fueron tan constantes y la dirección tan consistente que llevamos casi 24 horas sin hacer cambios de velas. Para ponerlo en perspectiva, en días anteriores habíamos estado haciendo entre 6 y 10 cambios para navegar de la forma más eficiente. Otra cosa que también ha cambiado hoy es que por primera vez en una semana el día está despejado y tenemos sol. El cielo había estado permanentemente nublado y se aprecia mucho ver el azul. También el mar cambió de un tono gris a un azul profundo y, pues, marino.

Este viaje desde Seattle hasta Acapulco tiene un doble objetivo. Primero, llevar al Champ al puerto desde donde tengo planeado iniciar y terminar la circunnavegación. Segundo, asegurarme de que todo esté funcionando bien para no tener sorpresas durante el viaje grande. Después de todos estos días navegando me he ido encontrando con algunas cosas que no me gustan y que indispensablemente tendrán que ser modificadas. Algunas de ellas llevarán no más de unas horas pero otras pudieran llegar a ser proyectos que duren semanas:

-Arreglar la veleta de dirección que fue fuertemente dañada en la tormenta y necesita soldadura en varios puntos. Después tendrá que ser probada.
-Carga insuficiente del generador de electricidad a través de viento
-Mala posición de los paneles solares que seguramente requerirán ser colocados en una estructura por separado y agregar un par de paneles más por carga insuficiente.
-Sustituir la estructura de la cabina por una que sea rígida que aguante vientos fuertes. Durante la tormenta, retiré los paneles frontales de la que tiene ahora el Champ pero los paneles laterales sufrieron daños.
-Sellar perfectamente el área de la escalera de entrada a la cabina del Champ ya que cuando rompieron algunas olas encima o cerca entraba bastante agua.

Por otro lado tengo una fecha límite para salir a la circunnavegación para encontrar las condiciones más favorables para rodear Cabo de Hornos y navegar por los mares del sur. Es una ecuación que estaré trabajando en los siguientes días en el mar. Por lo pronto hemos navegado 1,034 millas náuticas y nos faltan aproximadamente 1,759 por recorrer.