20 y 21 de Septiembre: Adiós Baja California
Estos dos días hemos continuado con nuestro progreso hacia el suroeste. La dirección del viento se ha mantenido constante aunque la velocidad ha variado mucho. En ocasiones, el viento sopla a 20 nudos constantes y en otras baja hasta 7 u 8 nudos, apenas suficiente para avanzar. Estos vientos flojos normalmente ocurren en la madrugada y al no ser suficientes para que el Champ mantenga una velocidad constante, las velas golpean todo el tiempo y hace muy difícil poder descansar en la noche. Sin embargo, el promedio de millas náuticas recorridas por día ha sido similar: 140, 136, 145, 131, etc.
El sol se nos había ocultado por más de 10 días y estos últimos dos ha brillado casi todo el día, recargando las baterías del Champ a través de los páneles solares. Pero la diferencia más grande que hemos notado ha sido con la temperatura. Hace una semana todavía estábamos arropados hasta con dos chamarras y ahora con una playera de manga corta es suficiente. Cuando iniciamos en Seattle a 48º de latitud Norte el solo no era ni la mitad de lo intenso que es a 22º. Tenemos que ponernos bloqueador solar tres o cuatro veces al día y de cualquier manera ya noto mis brazos más oscuros.
Aprovechando el buen clima, hemos ido poco a poco dándole mantenimiento a algunas partes del Champ. En cierto momento noté que una pieza crítica del "whisker pole" (el tubo de aluminio que sostiene a la genovesa [vela frontal] cuando el viento viene de popa) estaba severamente dañado y por teléfono satelital llamé a Seattle para que nos enviaran una pieza nueva para la circunnavegación. Lo irónico es que seguramente este repuesto llegará a Acapulco antes que nosotros.
También Ricardo y yo continuamos con la rutina que hemos adoptado desde que iniciamos esta travesía: despertar a las 6:00am y llenar la bitácora por primera vez en el día; preparar una tasa de café para tomarla viendo el amanecer; revisar pronósticos y correos; preparar el desayuno y una segunda tasa de café; trabajo de mantenimiento del velero; un rato para leer; llenar la bitácora por segunda vez; preparar la comida; un rato de descanso y lectura; contestar correos y tomar decisiones de navegación; leer un rato más; llenar la bitácora por tercera ocasión; ver el atardecer; preparar la cena; escuchar música un rato; y finalmente, dormir, despertando cada media hora para ver el tráfico de barcos y condiciones climatológicas. Algo que hacemos durante todo el día es ajustar y cambiar las velas cuando lo requieren, y platicar.
Ayer por la noche nos tocó ver la salida de la luna y fue un gran evento. Sabíamos la hora a la que deberíamos esperarla (7:19pm) pero al principio confundimos su salida con un gran barco completamente iluminado en el horizonte. Parecía una ciudad flotante. Luego alcanzamos a ver en el sistema AIS que era un crucero de Celebrity. Pero algunos grados más al norte, comenzó a salir la luna, con el efecto de verse mucho más grande al estar cerca del horizonte. El color era el de la clásica luna color miel. El crucero continuaba hacia el norte mientras nosotros seguíamos hacia el SE. Poco a poco, el enorme crucero se colocó justo de bajo de la luna e hizo un efecto muy curioso. La ciudad flotante y la luna de miel sobre ella.
Hace media hora vimos tierra por primera vez en dos semanas. Es la parte más austral de la península de Baja California y pasaremos a unas 10 millas de Cabo San Lucas. Con esto nos despediremos de esta península, la cuál nos trajo buenos vientos y mar en calma. Mañana platicaré de mi experiencia más reciente en Los Cabos, aunque esta no tuvo que ver con navegación. Millas náuticas recorridas: 2,134 millas náuticas recorridas y 709 por recorrer.
El sol se nos había ocultado por más de 10 días y estos últimos dos ha brillado casi todo el día, recargando las baterías del Champ a través de los páneles solares. Pero la diferencia más grande que hemos notado ha sido con la temperatura. Hace una semana todavía estábamos arropados hasta con dos chamarras y ahora con una playera de manga corta es suficiente. Cuando iniciamos en Seattle a 48º de latitud Norte el solo no era ni la mitad de lo intenso que es a 22º. Tenemos que ponernos bloqueador solar tres o cuatro veces al día y de cualquier manera ya noto mis brazos más oscuros.
Aprovechando el buen clima, hemos ido poco a poco dándole mantenimiento a algunas partes del Champ. En cierto momento noté que una pieza crítica del "whisker pole" (el tubo de aluminio que sostiene a la genovesa [vela frontal] cuando el viento viene de popa) estaba severamente dañado y por teléfono satelital llamé a Seattle para que nos enviaran una pieza nueva para la circunnavegación. Lo irónico es que seguramente este repuesto llegará a Acapulco antes que nosotros.
También Ricardo y yo continuamos con la rutina que hemos adoptado desde que iniciamos esta travesía: despertar a las 6:00am y llenar la bitácora por primera vez en el día; preparar una tasa de café para tomarla viendo el amanecer; revisar pronósticos y correos; preparar el desayuno y una segunda tasa de café; trabajo de mantenimiento del velero; un rato para leer; llenar la bitácora por segunda vez; preparar la comida; un rato de descanso y lectura; contestar correos y tomar decisiones de navegación; leer un rato más; llenar la bitácora por tercera ocasión; ver el atardecer; preparar la cena; escuchar música un rato; y finalmente, dormir, despertando cada media hora para ver el tráfico de barcos y condiciones climatológicas. Algo que hacemos durante todo el día es ajustar y cambiar las velas cuando lo requieren, y platicar.
Ayer por la noche nos tocó ver la salida de la luna y fue un gran evento. Sabíamos la hora a la que deberíamos esperarla (7:19pm) pero al principio confundimos su salida con un gran barco completamente iluminado en el horizonte. Parecía una ciudad flotante. Luego alcanzamos a ver en el sistema AIS que era un crucero de Celebrity. Pero algunos grados más al norte, comenzó a salir la luna, con el efecto de verse mucho más grande al estar cerca del horizonte. El color era el de la clásica luna color miel. El crucero continuaba hacia el norte mientras nosotros seguíamos hacia el SE. Poco a poco, el enorme crucero se colocó justo de bajo de la luna e hizo un efecto muy curioso. La ciudad flotante y la luna de miel sobre ella.
Hace media hora vimos tierra por primera vez en dos semanas. Es la parte más austral de la península de Baja California y pasaremos a unas 10 millas de Cabo San Lucas. Con esto nos despediremos de esta península, la cuál nos trajo buenos vientos y mar en calma. Mañana platicaré de mi experiencia más reciente en Los Cabos, aunque esta no tuvo que ver con navegación. Millas náuticas recorridas: 2,134 millas náuticas recorridas y 709 por recorrer.