Katmandú


No tengo idea de cuántas horas de viaje fueron en total porque como cruzamos la línea internacional del tiempo, donde oficialmente es el cambio de día, “perdimos” el 31 de Marzo. Esto es, el vuelo salió de Los Ángeles el 30 de Marzo y aterrizamos en Bangkok el 1 de Abril.

He tenido oportunidad de viajar a Asia unas 12 veces y aún siento la misma emoción e interés de la primera vez. Cada viaje es una aventura diferente y una oportunidad de lograr nuevos retos. Esto pasaba por mi mente cuando el avión tocó tierra en el aeropuerto de Suvarnabhumi en Katmandú.

Con el tiempo aprendí que es muy importante tener un asiento en este vuelo lo más cercano posible al frente porque al bajar primero, soy de las primeras personas en formarme en la fila para solicitar una visa de entrada a Nepal. La última persona en la fila pudiera llegar a esperar cerca de una hora para hacer este trámite.

Es emocionante pararse en la banda del equipaje y esperar con gran expectativa la salida de las maletas para ver si llega todo el equipaje. El proceso que siguen es el de sacar maletas durante varios minutos y parar la banda. Después, reinician la salida de las maletas y lo vuelven a detener. Esto lo hacen varias veces y parece una conspiración para angustiar a los turistas. En mi caso, cada vez que se detenía la banda me hacía comprando ropa para los siguientes días pero afortunadamente no tuve necesidad de estrenar porque, entre las últimas, salieron mis tres maletas.

A la salida del aeropuerto nos esperaba Mingma Sherpa con una camioneta que nos transportaría al hotel Yak & Yeti en el cuál siempre me he sentido como en casa. Hay personas que detestan el caos de Katmandú con sus calles angostas, mal pavimentadas, con basura, perros, vacas, con tráfico a toda hora y smog. Para mi es como regresar a Shangri-La.

Estaré en Katmandú hasta el 6 de Abril cuando partiremos hacia Tíbet. Mientras tanto, hay mucho por hacer en cuanto a logística, compras, preparativos y asegurarnos que todo esté listo para el inicio de la expedición.
En el último vuelo

LLegaron todas las maletas
El valle de Katmandú


Salida de México – En camino


Llegó la fecha. 30 de Marzo y momento de partir a la expedición. Con tres grandes maletas llegué a la terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Espero que lleguen a Katmandú todas ellas junto conmigo, pero la experiencia me ha enseñado que eso no siempre pasa.

Me encuentro en Bangkok. Llevo viajando las últimas 30 horas y me falta todavía un vuelo para llegar a mi destino pero no quería dejar pasar esta oportunidad de escribir. Cuando llegue al hotel y esté instalado volveré a prender la computadora para compartir todo lo ocurrido en este largo, larguísimo viaje.

Empacando y a punto de salir

De alguna manera, comencé a preparar mi equipo de escalar hace semanas. Estuve revisando lo que me faltaba, las cosas que estaban desgastadas y tenía que reponer y también, equipo que podría hacerme la vida más fácil durante los dos meses de relativo aislamiento.

Esta es mi sexta expedición a los Himalaya y mi séptimo viaje a Nepal pero empacar sigue siendo un proceso largo y que no espero con tanto gusto. De años anteriores, tengo listas de equipo técnico, ropa de escalar, ropa de viaje, artículos electrónicos, de comunicación, etc. Cada cosa la voy separando y pongo una paloma en mi lista. Siempre faltan cosas por comprar y hago una lista de compras pendientes. Lo que ya tengo, lo empiezo a meter a las maletas de expedición y pongo otra paloma en la lista. Hacerlo solo me llevaría unas seis horas pero con la ayuda de toda la familia terminamos en cerca de cuatro. Al final, estoy llevando tres maletas de 150 litros cada una. Comentaba con mi papá que la primera expedición al Everest en 2005 llevaba nada más dos maletas medianas. Las cosas que llevo de más ahora las incluyo porque he aprendido por la experiencia.

Después, me pongo a revisar todo mi botiquín médico para comprobar que las medicinas no hayan caducado y que tenga suficiente de cada una de ellas para prevenir todo tipo de enfermedades, virus, bacterias, accidentes, etc. Esta vez fue muy poco lo que tuve que reponer porque casi todo mi botiquín lo renové para el Ama Dablam en Noviembre de 2010.

Al final, siempre dejo la ropa de viaje y para el tiempo que esté en Katmandú. Esta es la parte más fácil y en la que más práctica tengo.

Todo listo para salir el miércoles y regresar a Asia, persiguiendo ese doble ascenso que tengo confianza que este año podré lograr.





Primero por el lado Norte - Animación

Hasta hace algunas semanas, no tenía seguridad de por cuál de los lados de la montaña iniciaría mi ascenso. El año pasado intenté primero el escalar por el lado Norte y posteriormente por el Sur ya que típicamente la ruta quedaba preparada antes por el Norte y también por ese lado ocurrían los primeros ascensos de la temporada y de esa forma podría aprovechar mejor las ventanas de buen clima que pudieran existir.

Este año estaré intentando nuevamente por el lado Norte primero y la razón es que esa es la cara de la montaña por la que no he subido y en caso de que sólo pudiera realizar un ascenso, me gustaría que fuera por el lado por el que hasta ahora no lo he logrado.

En días recientes encontré una animación por computadora que detalla, de una manera totalmente realista, la ruta que escalaré por el lado Norte, el de China:

Everest 3D

Regresando de una expedición, me cuesta mucho trabajo poder describir y compartir lo que vivo en las montañas. Y aunque hago mi mejor esfuerzo por relatar lo vivido, la sensación de estar en la cima de una montaña es de esas cosas que las palabras difícilmente harán justicia.
 Hace siete años cuando escalé el Denali, la montaña más alta de Norteamérica, todavía llegué a utilizar cámaras desechables con película fotográfica. Regresé de la expedición con 40 fotos muy mala pero fue una manera de garantizar que volvería a casa con fotos.
 
Ahora, siete años después, estaré probando algo nuevo: fotografías y videos en tercera dimensión desde el Everest. La forma de lograr esto es con una cámara digital FinePix REAL 3D W3. Esta cámara tiene dos elementos innovadores. Primero, cuenta con dos lentes que están 77 milímetros separados entre sí, siendo esta la distancia promedio que existe entre los ojos de una persona. Segundo, tiene una pantalla lenticular que permite ver las fotos en tercera dimensión directamente en la cámara sin necesidad de usar lentes. También, con los dos micrófonos, la cámara capta los sonidos en estéreo y se puede identificar claramente la dirección de donde proviene cada palabra, cada ruido y hasta la dirección del viento con respecto a donde está apuntada la cámara.
 
Al capturar dos imágenes simultáneas que corresponden a lo que se vería con cada ojo, es posible ver las fotografías con mucho mayor realismo y dar una sensación de estar ahí. El video en HD que captura la cámara se puede ver en cualquier televisión 3D. La fotografía estereoscópica análoga ha existido desde hace más de un siglo. Lo increíble es que ahora se puedan capturar fotos digitales y video en 3D.

Hasta el momento, no he encontrado fotografías y videos en 3D de la parte superior ni de la cima del Everest por lo que podrá ser algo único e innovador. Con esta nueva maravilla de la tecnología, la gente con al que comparto esta expedición podrá tener una experiencia mucho más completa. Más real que esto, sólo es posible estando ahí.

¿Cómo se entrena para subir a la montaña más alta del mundo?

Para esta expedición al Everest en primavera, inicié con la planeación logística, la negociación y contratación de servicios desde octubre del año pasado. Aún me falta renovar una parte pequeña de mi equipo de escalar, sobre todo ropa que se va desgastando, guantes que se rompen y crampones que ya dieron todo lo que tenían que dar. Fuera de eso, me siento confiado de que esa etapa de planeación ya está prácticamente concluida.

En lo que me estoy enfocando por completo al día de hoy es al entrenamiento físico para la expedición. Sé que entre mejor preparado llegue tendré mayor probabilidad de tener éxito y menor riesgo de sufrir de enfermedades de altura, pero por otro lado tengo dos limitantes: un trabajo de tiempo completo y la montaña más alta de México es 3,100 metros más baja que el Everest. Vamos por partes.

Sobre el tema del tiempo que tengo para entrenar, hay muchos alpinistas profesionales a los que les pagan por subir montañas. Yo tengo que pagar por el privilegio de estar ahí. Cuando un profesional pudiera dedicarse a entrenar todo el día, yo tengo que pasar 10 ó 12 horas al día en la oficina para poder pagar mi expedición y saliendo de la oficina me voy al gimnasio a entrenar. La mayoría de los días cuesta trabajo vencer la flojera y normalmente entre semana salgo del club a las 10:30pm. Pero mi mejor motivador es saber que lo que está en juego no es nada menos que mi vida.

Y en cuanto a las montañas que tengo cerca para entrenar, aunque son mucho más bajas al Everest, me permiten forzar a mi cuerpo a aclimatarse con mayor facilidad a la falta de oxígeno y a preparara mis músculos, pulmones y corazón a ser lo más eficiente posible bajo condiciones de hipoxia. Normalmente este entrenamiento lo dejo para el mes de Marzo y trato de ser creativo con los ascensos y como ejemplo, esta vez tengo pensado subir y bajar el Pico de Orizaba dos veces el mismo día.

En resumen, el entrenamiento consiste en preparar mi cuerpo a trabajar al límite, en condiciones extremas y durante varios días consecutivos. Una semana de entrenamiento típica del próximo mes será:

-Lunes: 8km corriendo, 50km de bicicleta.
-Martes: 50km de bicicleta, 1 hora de pesas.
-Miércoles: 25km de bicicleta (este es un día de descanso).
-Jueves: 8km corriendo, 50km de bicicleta.
-Viernes: 25km de bicicleta, 1 hora de pesas (segundo día de descanso).
-Sábado y Domingo: Ascenso a los volcanes.




Cosas del corazón


No recuerdo bien cuándo fue la primera vez que sentí que dejaba de latir mi corazón por un momento para después sentir un latido mucho más fuerte de lo normal como queriendo compensar por haber dejado de funcionar durante un momento. Esto debe haber iniciado a finales del 2009 o principios del 2010. Inicialmente me asustaba cada vez que lo sentía y llegaba a pasarme 3 ó 4 veces por minuto pero, como posteriormente volvía a latir el corazón de manera normal, dejé de preocuparme y comencé a pensar como el dicho mexicano: lo que no te mata, te hace más fuerte.

El año pasado en el Everest viví de vez en cuando la misma sensación, pero eso no fue lo que me hizo detenerme en mi ascenso por el lado norte. Esa vez comencé a sentir dolor en el pecho sobre el corazón. En Katmandú, después de realizarme laboriosos estudios, el cardiólogo concluyó que tenía una inflamación en el cartílago que une las costillas y el esternón, pero que mi corazón estaba fuerte para intentar el ascenso que días después logré exitosamente por el lado sur del Everest.

Al regresar a México seguí experimentando la sensación de que se detenía y luego latía más fuerte mi corazón pero seguía sin revisarme a fondo. Sin embargo, cuando vi que existía la posibilidad de volver a intentar el doble ascenso este año, decidí que no comenzaría a planear nada hasta no haber visto a un cardiólogo que me diera respuestas definitivas y que me explicara que tan riesgoso es regresar a escalar con lo que me estaba pasando. En resumen, tengo tres condiciones:

-Costocondritis.- Esta es la inflamación del cartílago que une las costillas con el esternón y que tienen como consecuencia dolor en el pecho. Normalmente se quita en unas semanas pero se puede convertir en algo crónico, como en mi caso. Es incómodo experimentar este dolor intermitentemente pero por suerte no es peligroso y sólo es algo con lo que hay que aprender a vivir.

-Contracción ventricular prematura o extrasístole.- Es un tipo de arritmia benigna por la que el corazón “se brinca” un latido y el cerebro compensa mandando un impulso eléctrico más intenso, por lo que el siguiente latido se siente como si el corazón brincara. Aquí la palabra clave es benigno y definitivamente es algo incómodo pero también tengo que aprender a vivir con esta condición.

-Agrandamiento de la arteria pulmonar.- Cuando fui a ver al cardiólogo, acudía por los síntomas del dolor y la arritmia, pero en las radiografías detectó que mi arteria pulmonar, la que lleva sangre del corazón a los pulmones, tenía un tamaño mucho mayor de lo que es normal y conveniente. Una de las causas principales por la que esto ocurre es por hipoxia (falta de oxígeno) crónica, es decir, se encuentra completamente relacionada con mis escaladas anteriores. Por si sola, esta condición no es peligrosa pero es algo que hay que monitorear en el futuro.

Mi situación podría parecer terrible, pero en realidad el riesgo adicional que esto me puede traer es marginal. Durante la expedición, seré tan cuidadoso y conservador como lo he sido siempre y ante cualquier situación de peligro tendré la misma cautela. Pero esta vez mi corazón será otro riesgo (aunque pequeño) en la montaña como lo son las avalanchas, tormentas, frío, grietas, altura, etc. entendiendo que puedo perder un dedo por congelamiento o romperme costillas en una caída, pero corazón solo tengo uno, medio magullado, pero ahí está.

-La última y nos vamos…

En 2005 fue el Everest por primera vez. Tres años más tarde fue Everest junto con el Lhotse, por no obtener permiso para la doble travesía. El año pasado, en 2010 intenté un doble ascenso a esa misma montaña, en el cuál sólo conseguí llegar a la cima una vez.

En total, tres ascensos a la montaña más alta del mundo que significaron pasar medio año de mi vida en Asia, muchas horas de angustia, riesgo y bastantes canas. Pero por otro lado, me dejaron tres de los momentos más emocionantes de mi vida y logros que he podido compartir con amigos y familia a lo largo de ese tiempo. Personalmente, no tengo nada que demostrar a nadie. Entonces, ¿por qué pensar en regresar nuevamente?

Para mí, la respuesta es muy sencilla pero necesito referirme a lo sucedido el año pasado: en 2010, cuando intenté realizar un doble ascenso al Everest, planeé subir primero por el lado norte de la montaña, el de China, para posteriormente descender y viajar a Nepal, subiendo entonces por el lado sur. Con esto, conseguiría dos ascensos en la misma temporada, por caras diferentes de la montaña. Recordarán que ya listo para subir a la cima por el lado norte, comencé a sentir dolor en el pecho sobre mi corazón, por lo que decidí ser conservador y bajar de la montaña para ser revisado por un cardiólogo. Después de pasar todo un día en el hospital en Katmandú, el cardiólogo me confirmó que mi situación no era de riesgo por lo que al día siguiente tomé un helicóptero al campamento base sur y cuatro días después llegué a la cima del Everest por tercera vez.

De ninguna manera me arrepiento de haber sido conservador y haberme regresado en el lado norte. Sin embargo, estoy completamente seguro que si no hubiera tomado la decisión de descender, hubiera tenido muy altas probabilidades de haber alcanzado la cima por los dos lados. En otra ocasión hablaré de lo que pasa con mi corazón pero por ahora basta decir que no es algo peligroso aunque si es bastante incómodo.

He decidido una vez mas intentar el doble ascenso, aunque aún no estoy seguro si será primero norte y luego sur o viceversa (depende de la logística). Estoy convencido de dos cosas:

-Será una oportunidad de alcanzar finalmente la meta que me puse hace años de subir dos veces.

-Soy prueba viviente de una de las tres mentiras del mexicano: la última y nos vamos…

2005

2008

2010