Violencia en el Everest. Simone Moro, Ueli Steck y otras injusticias.
Definitivamente era el peor escenario
para una pelea. 6,400 metros de altura y decenas de sherpas contra tres
alpinistas europeos: Simone Moro, Ueli Steck and Jonathan Griffith (fotógrafo
inglés). Los tres vienen en una expedición patrocinada por de North Face,
tienen su helicóptero privado viniendo al campamento base todos los días y han
andado por la montaña como si fueran estrellas de rock. No se si esto amerite
lo que les sucedió pero lo cierto es que no es fácil sentir mucha simpatía por
ellos. Por lo que he podido entender de varias fuentes lo que ocurrió es lo
siguiente:
Los europeos están tratando de establecer
una nueva ruta hasta ahora “secreta” como alternativa a la ruta normal del lado
de Nepal. Un equipo de sherpas llevaba dos días montando cuerdas fijas sobre la
pared del Lhotse, entre el campamento 2 y el campamento 3. Y habían pedido a
los escaladores que les permitieran trabajar no escalando por la pared esos dos
días. Los tres europeos ignoraron por completo esta petición tal vez sintiendo que
por ser famosos tenían derecho a desecharla y escalaron en paralelo con los
sherpas. Cuando se colocaron por encima de ellos con sus piolets y crampones
comenzaron a tirar varios pedazos de hielo y uno de ellos golpeó a uno de los
sherpas. Los sherpas subieron enfrentar a Simone Moro y este los insultó y
amenazó con su piolet. Entonces, todo el grupo de sherpas decidió bajar de la
pared del Lhotse hacia el Campamento 2 y posteriormente lo hicieron los
Europeos. Fue entonces que se juntaron varias decenas de sherpas que estaban en
el Campamento 2 y llegaron hasta las tiendas de campaña de los Europeos para
exigirles que se retiraran de la montaña. Estos no quisieron salir y los
sherpas comenzaron a destrozar las tiendas y a aventarles piedras. Cuando por fin
salieron los Europeos los sherpas los agredieron y se comenta que los golpearon
hasta que abandonaron el campamento 2 y regresaron al base.
Eso es lo que he podido recopilar de lo
que sucedió y lo he escuchado de segundas fuentes. Pienso que son rechazables
tanto las acciones de Simone Moro y de Ueli Steck como de los sherpas
involucrados. Tenía la esperanza de que, a pesar de ser Nepal, se retirara de
la montaña a todos los involucrados y que se aplicaran las reglas y leyes de
este país pero muy a mi pesar me enteré hoy que los autonombrados “líderes” de
las expediciones (que no son más que los dueños y operadores de las compañías
de logística), habían acordado que todo terminara en un saludo de manos y una
disculpa, a pesar de que hubieron amenazas, agresiones físicas y destrucción de
propiedad. No dejaron que el gobierno de Nepal hiciera su trabajo.
La parte que me causa molestia, y por la
cuál estoy escribiendo de una manera en la que nunca lo suelo hacer, es que
llevo casi tres meses luchando para obtener un permiso para volar en parapente
desde la cima del Everest, sin que hasta ahora se me haya dado una respuesta en
cualquier sentido. El parapente lo traigo conmigo y estoy preparado. Este tipo
de vuelo está prohibido en teoría, ha sido realizado en el pasado de manera
ilegal y no lo intentaría sin el debido permiso. Pero la gran hipocresía con la
que me enfrenté hoy es que las consecuencias para los sherpas y europeos por la
violencia que ocasionaron: ninguna. Hacer un vuelo en parapente sin permiso: confiscarían
mi parapente de unos 3,000 dólares. Se me confiscaría el pasaporte. Me vetarían
de escalar cualquier montaña de Nepal durante por lo menos 5 años. Me
deportarían del país. ¿Absurdo? Definitivamente. Si se van a hacer valer los
reglamentos que técnicamente prohíben el vuelo en parapente, se deberían hacer
valer las leyes que regulan una sana convivencia en la montaña. ¿Se deben hacer
excepciones porque tres europeos están patrocinados por una marca grande y los
pseudolíderes quieren evitar un escándalo? Nunca. Las reglas son para todos y
yo me quedaría tan tranquilo si no me otorgaran mi permiso para volar pero se
debería expulsar de la montaña a quienes ocasionaron la violencia.