Escalada al campamento 3 y preparado para subir a la cima.


Volví a recorrer la cascada de hielo durante la madrugada esperando evitar el tráfico que se forma naturalmente. Junto con Sonam sherpa inicié el ascenso a las 3 de la mañana de una forma rápida y eficiente, sabiendo que cada minuto que pasáramos en la cascada estaríamos en riesgo de estar involucrados en un colapso o en una avalancha. Avanzamos sin parar hasta llegar al campamento 1. El cielo ya estaba iluminado pero el sol todavía no nos llegaba. Nos quitamos los crampones, tomamos agua y continuamos a través del valle helado del Western Cwm hasta el campamento 2. Otra vez me encontraba sólo con sherpas y parece que por mi itinerario acelerado estoy escalando y bajando en contra del ciclo del resto de los alpinistas. Durante el día fue aumentando el viento y la cima de las montañas se fue llenando de nubes. Sabía que en los siguientes días aumentaría el viento así que aproveché la tarde para descansar y reponerme. Una de las señales más claras de una buena aclimatación es lo bien o mal que se duerme. Descansé bastante bien esa primera noche en el campamento 2. El segundo día también hice un descanso activo, subiendo y bajando por roqueríos alrededor del campamento y visitando algunos conocidos que se encontraban ahí arriba. Por la tarde preparé el equipo que necesitaría para pasar la noche al campamento 3.

Muy temprano al día siguiente comencé a caminar junto con Sonam en dirección a la base de la pared del Lhotse, atravesando la parte superior del glaciar del Khumbu. Tenía la esperanza de que el sol nos alcanzara justo al llegar a la base de la pared pero las grandes nubes lenticulares que indicaban fuertes vientos en la montaña impedían que el sol nos calentara. Nos colocamos los crampones, nos aseguramos a las cuerdas fijas y comenzamos a escalar por esta pared de hielo. De una forma tranquila pero constante fuimos ganando altura a lo largo de esta pared que debe tener en promedio unos 60º de inclinación y el valle fue quedando debajo de nosotros. Un par de horas más tarde, con el viento mucho más fuerte, se alcanzaron a ver las dos tiendas de campaña de Asian Trekking que conforman el campamento 3. Rápidamente me quité los crampones para entrar en una de las tiendas, Sonam dejó lo que estaba porteando y se despidió para comenzar su descenso ya que pasaría toda la tarde y la noche yo solo en ese campamento.

Mi primera misión fue encender las estufas y comenzar a derretir hielo. Con eso me hidrataría y posteriormente usaría el agua para cocinarme una sopa. De manera constante el viento fue aumentando y durante el resto de la tarde aumentaría a unos 60km/h. Las paredes de la pequeña tienda se sacudían y luchaban por detener el viento. Cuando oscureció me metí dentro de mi bolsa para dormir y el viento aumentaba. Escuché música y algunos podcast, y pasaron las horas. El viento no paraba y cerca de las dos de la mañana aumentó de tal manera que las paredes de la tienda se doblaban hacia adentro y las tenía que detener con las manos. Hasta pensé ponerme las botas y mi ropa de pluma y estar preparado para el momento que se destrozara la tienda y cambiarme a la otra que estaba vacía. Pero ese momento no llegó. A las seis de la mañana, con luz en el cielo y el viento igual de intenso, comencé a bajar por las cuerdas fijas tratando de evitar lo más posible voltear hacia donde venía el viento. Una hora y media después estaba de regreso en mi tienda del Campamento 2, mucho más protegido del viento y contento de haber hecho una buena aclimatación en condiciones difíciles.

Ahora me encuentro en el Campamento Base. El día de ayer desafortunadamente murieron dos personas en la montaña. Una en el lado Norte y otra en el lado de Nepal. También, uno de los sherpas de Asian Trekking fue golpeado en la parte de atrás de la cabeza por una roca que se desprendió mientras escalaba en la pared del Lhotse abajo del campamento 3. De inmediato se movilizaron decenas de personas para atenderlo y bajarlo al campamento 2 de donde finalmente fue evacuado en helicóptero. Está en Katmandú, recibiendo atención médica y fuera de peligro. Yo tan sólo estuve escuchando por el radio cómo se llevaba a cabo el rescate y mientras lo hacía pensaba que esta solidaridad es la que siempre se ha visto en el Everest y me daba gusto ver que al parecer, la pelea tan estúpida que hubo aquí hace unos días había quedado atrás y tanto los sherpas como los otros escaladores trabajaban lado a lado para salvar una vida.

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