El vuelo a Lukla y el camino a Namche
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La primera noche la pasé en Phakding a
unos 2,800 metros de altura. Era yo el único huésped del hotelito y en vez de
cenar y desayunar sólo en el comedor preferí estar en la cocina y practicar mi
Nepalí con el cocinero y con el encargado. Durante el acercamiento trato de
comer comida ligera: a medio día unos momos o dumplings de verduras y en la
noche Dal Bhat (arroz con lentejas) el plato típico de Nepal.
Alrededor de las ocho de la mañana del
día siguiente comencé la marcha cuando el sol comenzaba a iluminar el valle. La
primera parte del camino era muy similar a la del primer día, a lo largo del
río, cruzando varios puentes colgantes y ganando altura poco a poco. Luego de
dos horas de marcha llegué a Manjo donde está la entrada al parque nacional y
tuve que registrar nuestro permiso al Everest y mi entrada al parque. La
segunda parte del recorrido sigue una subida continua y pronunciada. Ya hacía
algo de calor a la hora que empecé a subir pero afortunadamente es una zona
boscosa y la sombra ayudaba un poco. Cada vez que he andado por este camino me
ha tocado que justo a la mitad de la subida hay una persona vendiendo naranjas.
Y también sin falta hay un grupo de gente comprándole. En vez de pararme
continué caminando con la esperanza de llegar a Namche a la hora de la comida.
Namche es el pueblo más grande del valle
y está ubicado en la ladera de una montaña. Sin aviso, el bosque se terminó y
enfrente de mi tenía la entrada a este pueblo. Hoy subí casi 700 metros de
altura desde Phakding por lo que mañana pasaré un día completo en Namche y sus
alrededores para aclimatarme a la cada vez menor concentración de oxígeno y a
la presión del aire disminuida. Aunque al vivir en las afueras de la Ciudad de
México a 2,700 metros pudiera parecer que es innecesario comenzarse a aclimatar
a esta altura, sé que al no precipitarme en esta etapa podré aclimatarme aún
mejor cuando ya esté escalando a 6,000 y 7,000 metros. Por lo pronto, un día de
tranquilidad no suena mal, y lo voy a aprovechar para visitar amigos y
conocidos de la zona.