Pheriche - 4,250m

Llevo cuatro días caminando. Cada uno he recorrido entre 4 y 6 horas y he
sido bastante conservador para ir subiendo poco a poco y no volver a tener
problemas con mi cabeza. Las primeras dos noches dormí bastante mal, dando
vueltas hasta quién sabe que horas de la madrugada. Pero ayer en Tengboche
por primera vez dormí bastante bien. En ese pequeñísimo pueblo es donde se
encuentra el monasterio más importante del Khumbu y suelo visitarlo en la
mañana cuando los monjes hacen sus oraciones a las 6am. Pero el dueño del
hotelito donde me hospedé me sugirió que fuera al monasterio a las cuatro de
la tarde porque habría una ceremonia especial.

Lo primero que noté cuando entraron los monjes a la sala de oraciones es que
todos estaban presentes y no había un lugar vacío (en total habían unos 30
monjes). También estaba ahí el Lama principal que nunca me había tocado ver.
Las oraciones de la mañana duran normalmente 20 o 25 minutos y pensaba que
sería algo similar pero la ceremonia se alargó mucho más que eso. En varias
ocasiones los monjes empezaron a tocar tambores, trompetas y campanas, un
sonido que se vuelve impactante en el espacio cerrado del monasterio.
Después de más de una hora de ceremonia, algunos monjes jóvenes salieron con
charolas para repartir comida entre ellos y también nos ofrecieron a los que
observábamos sentados a un lado. Me comenzó a parecer esto bastante familiar
y me di cuenta que era en general prácticamente la misma ceremonia que
hacemos en el campamento base antes de iniciar el ascenso. En total duró
casi dos horas y de pronto los monjes se pararon y salieron del cuarto. Me
acerqué a uno de los monjes jóvenes y le pregunté qué tipo de ceremonia
habían realizado. Un funeral, me contestó. Me pareció maravilloso que
hicieran casi el mismo ritual para una cosa que para otra.

Hoy en Pheriche me siento con muy buen ánimo y espero volver a dormir bien.
También me bañé por primera vez desde Katmandú y eso siempre ayuda. Tan sólo
tendré que caminar dos días más al campamento base y si me sigo sintiendo
bien, iniciaré el ascenso. Todavía tengo bastante tiempo para terminar mi
aclimatación y subir.

En Namche - Breve nota

(Intencionalmente sin acentos y faltas de ortografia) Hoy llegue a Namche alrededor de medio dia. Me siento bastante bien y hasta ahora la cabeza no me ha dado problemas. Estoy a 3,400 metros de altura. Sera posible que realmente vaya a tener mi segunda (o tercera o cuarta, ya no se cuantas llevo este viaje) oportunidad?

Manana subire a Tengboche a mas de 4,000 metros y desde ahi escribire con mas calma y con mas tiempo. Hasta ahora con buen animo!

Volando de regreso a los Himalayas

(Intencionalmente sin acentos y faltas de ortografia) Segui la recomendacion del doctor de permanecer tres dias en Katmandu. Mis maletas con el equipo de escalar seguian en Tibet y eventualmente llegarian a Katmandu, pero no las veria sino hasta el campamento base.

Tuve que hacer algunas compras como baterias para mi oximetro, repuestos de tinta, libros, etc. Tambien trate de reparar mi iPhone que se habia quedado sin luz de fondo en la pantalla pero me cobraban un dineral. Finalmente, ayer 1 de Mayo empaque las pocas cosas que traigo en mi mochila y que cargare conmigo durante los seis dias de trayecto hasta el campamento base. Pesa unos 15 o 20 kilos.

Hoy en la manana pasaron por mi despues de las 6am para ir al Aeropuerto. Estaba lloviendo y eso aseguraba casi que habrian retrasos para despegar. Pero sorprendentemente a las 7:30 en punto ya estabamos volando sobre el Valle de Katmandu. He tenido la oportunidad de realizar este vuelo unas 5 o 6 veces y nunca deja de ser emocionante. Entre montanas y nubes, volamos durante tres cuartos de hora y aterrizamos en Lukla como si fuera un juego mecanico de feria.

Recogi mi mochila y comence a caminar las dos horas y media hasta Phakding, donde pasare la noche. Hasta el momento no siento ningun problema con la altura, solo como unos pellizcos en la parte de atras del cuello pero deben ser secuelas del dolor que senti en Tibet.

He dividido el recorrido al Campamento Base en seis dias para ser muy conservador al subir. Si no hay contratiempos, estare llegando el 7 de Mayo, con todavia mucho tiempo de intentar escalar a las cimas del Everest y Lhotse.

Voy subiendo solo y aunque asi lo he hecho varias veces, lo siento aun mas porque estoy comparando este camino con la ultima vez que estuve aqui con mi papa en Noviembre. Se extrana la compania.

En Katmandú y con buenas noticias


Primero, una disculpa por haber tardado tanto tiempo en escribir en el blog. Mi primera prioridad fue mi salud física, luego mi salud mental y ahora si lo demás. Creo que la última vez que escribí fue el 25 de Abril, y estaba dudando si pasar un día más en el campamento base o comenzar a subir al día siguiente. Lo que sucedió es que cayó una nevada bastante fuerte en toda la montaña y el pronóstico del clima era de varios días de mal tiempo similares. La mayoría de la gente estaba regresando al campamento base y no valía la pena subir. Todavía sentía permanentemente la extraña sensación sobre la cabeza, únicamente sobre el lado izquierdo y a veces la sentía en la parte trasera, otras en la parte superior, frontal o lateral, pero siempre del lado izquierdo.

Al entender que durante varios días sería imposible subir, pensé entonces en bajar aún más para quitarme definitivamente este dolor. Lo más que podría descender en camioneta era hasta 2,200 metros de altura en Zhangmu en la frontera con Nepal. Hice un plan con los agentes chinos para ir a dormir dos noches a Zhangmu, y de regreso pasar una en Tingri para regresar al cuarto día al Campamento Base.

Durante el camino a Zhangmu, con gran expectativa esperaba las bajadas en el camino pensando que de esa forma se me quitaría el dolor, pero incluso hasta la frontera después de 6 horas en la camioneta el dolor persistía. Esa noche decidí poner en acción el último recurso que me quedaba: comenzar a tomar Dexametasona para desinflamar definitivamte mi cerebro si así estuviera y regresar al campamento base. Mi primera dosis fue de 7mg y al día siguiente tuve que ir a la clínica médica en Zhangmu para conseguir más pastillas. Las siguientes dosis fueron de 3mg

La Dexametasona es un esteroide y un poderoso antiinflamatorio. La primera noche en Zhangmu la pasé de maravilla pero la mañana siguiente me desperté nuevamente con la extraña sensación. Durante todo ese día estuve evaluando mis opciones y veía tres escenarios:

1.- Regresar al campamento base norte con el riesgo de que se volviera a agravar esta situación que no había mejorado ni descendiendo casi cuatro kilómetros de altura desde el ABC. En China no contaría con un diagnóstico médico completo.

2.- Cruzar la frontera hacia Nepal sin posibilidad de regresar a China por el asunto de la visa y renunciando completamente al intento por la cara norte. En Nepal, viajar a Katmandú para ser revisado en un buen hospital por un neurólogo. Esto a su vez me ponía en dos escenarios:

a.- Si el neurólogo consideraba que era imposible volver a ascender, entonces empacaría mis maletas y regresaría a México.

b.- Si por otro lado, el doctor pensaba que tenía posibilidades de volver a ascender sin mucho peligro, me dirigiría al campamento base pero ahora de Nepal para intentar el Lhotse y el Everest, tal como fue mi plan B el año pasado.

Fueron muchas horas las que pasé meditando mis opciones, valorando los riesgos de cada una y finalmente decidí regresar a Nepal. Siempre he tratado de ser lo más prudente y conservador posible en estas expediciones, tal vez tendiendo hacia el exceso pero tal ver por eso estoy aquí para contarlo. Me quedo muy tranquilo por esa decisión y sin remordimiento alguno.

Hoy 29 de Abril, crucé la frontera a Nepal y tras cinco horas de camino en una camioneta me dirigí al Hospital Norvic para mi cita a las 2:00pm con el doctor Dr. Basant Pant, el director del centro de Neurología del hospital. Este es el mismo hospital donde me revisó el cardiólogo el año pasado.

Primero, le platiqué toda mi historia de los últimos días y que estaba tomando Dexametasona. Después me revisó los oídos, reflejos y también me revisó los ojos. Me dijo que veía que estaba elevada la presión ocular de mi ojo derecho (después me dijo a qué se debía). Me comentó que quería hacerme una tomografía lo antes posible y 5 minutos después estaba acostado y amarrado en el con la cabeza completamente sujetada con cintas para la tomografía. Diez minutos después, el doctor ya estaba revisando los resultados. Me comentó lo siguiente:

-En la tomografía veía que mi cerebro ya no estaba inflamado.
-No veía derrames de sangre ni hemorragias en el cerebro.
-Veía indicaciones de que el cerebro había estado inflamado y que había sido del lado izquierdo. Por esto es que se había provocado el aumento en la presión ocular derecha ya que al parecer los nervios están cruzados.
-Creía que la desinflamación había sido por descender y por el uso de Dexametasona.
-No pensaba que por todo esto habría sufrido algún daño permanente.

Como queriéndolo hacer lo más emocionante posible dejó para el final lo más importante: Si permanecía algunos días en Katmandú y si caminaba al Campamento Base Sur en vez de volar en helicóptero, consideraba que podría intentar el ascenso al Everest y Lhotse sin mayor riesgo.

Como si de pronto me hubieran quitado el gran peso de encima que venía arrastrando desde hace dos semanas sentí un respiro y un alivio inmediato.

Estoy dispuesto a subir nuevamente. Aunque sé que es tan sólo la mitad de mi proyecto original, el ascenso por el lado sur significaría para mi el volver a tener confianza en mi mismo y en demostrarme que aún tengo lo que se requiere para subir la montaña más alta del mundo. Incluso después de haber tenido un episodio ligero de edema cerebral.

Aún tengo que resolver algunas cosas de logística. Todo mi equipo de alta montaña está todavía en el campamento base en Tíbet y primero tiene que llegar a Nepal y posteriormente al lado sur del Everest. Pero esto es lo de menos. Personalmente, aprovecharé estos tres o cuatro días que estaré en Katmandú para poner en orden mi mente, concentrarme y en poner todo de mi mismo para tener éxito en esta segunda oportunidad que se me presenta.

En recuperación

Desde el 22 de Abril descendí al Campamento Base. Con el descenso de altitud
y creo que con la medicina china, se fue completamente el dolor de cuello
pero en su lugar me dejó una sensación de cosquilleo en la parte superior
del cráneo, como un hormigueo permanente que me cuesta trabajo pensar que no
está relacionado con la altura.

En los tres días que he estado en el Campamento Base, nos han caído dos
nevadas tremendas y mientras escribo esto todas las montañas están blancas.
He estado en contacto con el Campamento Base Avanzado a través del radio y
han tenido problemas con las nevadas y con tormentas. Parece que no me estoy
perdiendo de mucho. Sin embargo, me tiene un poco nervioso esta sensación en
la cabeza. Es posible que al volver a subir se agrave nuevamente el dolor
pero no lo sabré hasta subir otra vez. Si comienzo a ascender mañana, tendré
más tiempo para aclimatarme antes del ascenso a la cima pero es posible que
no esté completamente recuperado. También, si paso un día completo más en el
campamento base, tendré más tiempo de recuperación, pero menos para
aclimatarme. ¿Qué hacer?

Forzado a descender

Tres noches pasé en el ABC casi sin dormir por el dolor en el cuello. En la
mañana del 21 de Abril, parecía como un zombi y había tomado todo tipo de
medicinas para eliminar el dolor. De tantas pastillas que había tomado ya
estaba hasta mal del estómago y hasta con nauseas. Pero hay una regla de oro
en la escalada de gran altura: si tienes problemas de salud, desciende. Con
esto también sigo mi principio de ser lo más conservador posible y de ser
proactivo cada vez que se presente una situación adversa, es decir, actuar
para solucionar el problema antes de que empeore.

A las dos de la tarde comencé a descender del ABC tras haber metido a mi
mochila algunas cosas esenciales como ropa, sleeping bag, lámpara y mi
botiquín. Mi destino esa tarde era el campamento intermedio. No sé si haya
sido algo psicológico o mi problema estaba relacionado con la altura, pero
conforme fui perdiendo altura comencé a sentirme mejor. Cerca de tres horas
tardé en bajar al campamento intermedio y cuando llegué me fui directo a mi
tienda de campaña, sin comer ni cenar nada. Con lo que me quedaba de
energía, saqué el sleeping bag de la mochila y dormí. Dicen que fue la noche
que más viento ha hecho desde que llegamos pero estaba tan cansado y mi
sueño fue tan profundo que no me enteré de nada.

La mañana del 22 de Abril, me desperté completamente repuesto pero sin
hambre. Tan solo tomé té e inicié el camino hasta el Campamento Base con la
intención de quitarme este problema del cuello lo antes posible y volver a
subir en cuanto antes. El doctor del equipo chino había bajado dos días
antes porque se sentía mal. Tras dejar mi mochila en nuestro campamento, me
dirigí al de los chinos pero me informaron que el doctor había descendido
aún más porque no se sentía bien. El año pasado inicié una muy buena
relación con Chang Sandu, el jefe del equipo de los chinos y en este
momento se encuentra en el ABC. Cuando le informé por radio que el doctor no
se encontraba en el campamento, me pidió que esperara media hora. En punto
llegó una camioneta para recogerme y llevarme hasta donde se encontraba el
doctor. ¡Increíble! Esto es muestra de que si a la gente se le trata con
respeto y afecto, lo mismo regresará en algún momento.

El doctor piensa que tan solo es una contractura muscular y no un problema
de altura. Me dio medicina china y me pidió que me quedara unos días en el
Campamento Base antes de volver a subir.

Tenía programado unos días de descanso en el Campamento Base antes de
iniciar el ascenso final a la cima. Ahora, utilizaré esos días para
recuperarme y en 3 ó 4 días volveré a subir, espero sin complicaciones. De
lo único que me arrepiento de haber descendido es que hoy fue nuestra
ceremonia de puja en el ABC. Le pedí a Mingma que junto al Lhapso (altar)
pusiera mis crampones, piolet y casco junto con los de los demás pero de
cualquier forma, mañana iré caminando al monasterio para pedir una ceremonia
personal. En esta montaña nunca se pueden tener demasiadas bendiciones.

Los primeros achaques

Llegamos al ABC el 18 de Abril pero desde la noche anterior había dormido
medio chueco y amanecí con el cuello un poco adolorido. La primera noche en
el ABC me costó mucho trabajo dormir y estuve dando vueltas hasta la
madrugada. Nos habían dejado una almohada bastante tiesa y estoy seguro que
esto fue lo que no me dejó dormir bien. Fue esa la peor noche que había
pasado hasta el momento y con el mismo malestar pasé todo el día.

En las primeras horas del día 20, era insoportable el dolor y
definitivamente esa fue la peor noche, superando a la anterior. Desesperado,
hice dos cosas: primero, me tomé una pastilla de ibuprofeno y un
antiinflamatorio. Después saqué mi navaja suiza y corté una orilla de la
almohada a la cuál acabé sacando más de la mitad del relleno. De esta forma
pude dormir algunas horas. En la mañana me estuve poniendo compresas de agua
caliente en el cuello y comenzó a reducir aún más el dolor. Por la noche,
mientras escribo esto, me siento mucho mejor y espero pasar ya una buena
noche en el ABC. Afortunadamente esto me está sucediendo antes de ascender
al Collado Norte.

Curiosamente, las cosas más sencillas muchas veces nos pueden forzar a
abandonar la expedición: una tos que se convierte en neumonía, una infección
intestinal que nos deja sin energía, una cortada que no sana, etc. Por esto,
trato de poner mucha atención en estos pequeños malestares.

Estaremos otros dos días aquí en el ABC, el segundo será la ceremonia de
puja y después, ¡para arriba!

Campamento Base Avanzado

Antes de meterme a mi tienda de campaña para dormir en el Campamento
Intermedio comenzó a llegar una cantidad impresionante de yaks trayendo
equipo. No creo exagerar cuando digo que han de haber sido más de diez cien
yaks. Como consecuencia de esto, era seguro que iba a haber tráfico en el
camino al Campamento Base Avanzado (ABC) y para ganarles a los yaks traté de
tener todas mis cosas listas en cuanto el sol golpeó nuestras tiendas de
campaña. No tuve éxito y durante todo el camino me quedé atrapado en medio
de dos caravanas de yaks. Estos magníficos animales cargan entre 40 y 60 kg
y como tienen el pelo largo aguantan la nieve, el frío y están acostumbrados
a la altura. Cuando caminan en secciones planas son más lentos que una
persona pero de subida vamos iguales y cuesta trabajo pasarlos.
Desafortunadamente casi todo el recorrido esa de subida y es por eso que
tuve que seguir a los yaks.

Cada grupo de yaks lleva un "arriero" tibetano y cuando les gritaban y
chiflaban a los yaks sentía que era a mí a quien animaban. Recorrimos
glaciares, enormes seracs, morrenas y secciones de roca sencillas. Todo el
camino fui siguiendo los yaks delante de mí y para antes de la hora de la
comida ya me encontraba en el campamento.

Llegué con mucho entusiasmo y mucho ánimo después de saludar a los sherpas y
agradecerles su trabajo, lo segundo que hice fue hablar a mi familia en
México para compartir la alegría que sentí al llegar al campamento. Al
llegar, el clima era agradable y el sol aún brillaba pero pronto se nubló
primero la cima del Everest y luego el valle y empezó a nevar fuertemente.
Uno a uno fueron llegando el resto de los miembros de la expedición. Con
gran alivio de poderse refugiar del mal clima.

Aquí en el ABC tenemos una tienda de campaña para cada uno de nosotros y sin
ver mi itinerario, estimo que podremos estar pasando 15 días en este
campamento. Se agradece tener un espacio personal y privado. Estamos
llegando antes que la mayoría de las expediciones y aún no han montado la
mayoría de los otros campamentos. Dentro de una semana este lugar parecerá
una pequeña ciudad de tiendas de campañas incrustadas en un glaciar y en un
glaciar y en la ladera de una montaña. Aquí pasaremos los siguientes días
antes de la ceremonia de puja y subir al collado norte.

Tan solo estar en el ABC es un deleite para mí. Con los años he aprendido
que hay que disfrutar cada día que paso en la montaña y que los momentos de
felicidad no solo se tiene al llegar a la cima sino cada día que vivimos
aquí. Como diría mi padre, la felicidad no es un destino, es un trayecto, y
no hay nada es más cierto que eso.