Los primeros achaques
medio chueco y amanecí con el cuello un poco adolorido. La primera noche en
el ABC me costó mucho trabajo dormir y estuve dando vueltas hasta la
madrugada. Nos habían dejado una almohada bastante tiesa y estoy seguro que
esto fue lo que no me dejó dormir bien. Fue esa la peor noche que había
pasado hasta el momento y con el mismo malestar pasé todo el día.
En las primeras horas del día 20, era insoportable el dolor y
definitivamente esa fue la peor noche, superando a la anterior. Desesperado,
hice dos cosas: primero, me tomé una pastilla de ibuprofeno y un
antiinflamatorio. Después saqué mi navaja suiza y corté una orilla de la
almohada a la cuál acabé sacando más de la mitad del relleno. De esta forma
pude dormir algunas horas. En la mañana me estuve poniendo compresas de agua
caliente en el cuello y comenzó a reducir aún más el dolor. Por la noche,
mientras escribo esto, me siento mucho mejor y espero pasar ya una buena
noche en el ABC. Afortunadamente esto me está sucediendo antes de ascender
al Collado Norte.
Curiosamente, las cosas más sencillas muchas veces nos pueden forzar a
abandonar la expedición: una tos que se convierte en neumonía, una infección
intestinal que nos deja sin energía, una cortada que no sana, etc. Por esto,
trato de poner mucha atención en estos pequeños malestares.
Estaremos otros dos días aquí en el ABC, el segundo será la ceremonia de
puja y después, ¡para arriba!