En Katmandú y con buenas noticias


Primero, una disculpa por haber tardado tanto tiempo en escribir en el blog. Mi primera prioridad fue mi salud física, luego mi salud mental y ahora si lo demás. Creo que la última vez que escribí fue el 25 de Abril, y estaba dudando si pasar un día más en el campamento base o comenzar a subir al día siguiente. Lo que sucedió es que cayó una nevada bastante fuerte en toda la montaña y el pronóstico del clima era de varios días de mal tiempo similares. La mayoría de la gente estaba regresando al campamento base y no valía la pena subir. Todavía sentía permanentemente la extraña sensación sobre la cabeza, únicamente sobre el lado izquierdo y a veces la sentía en la parte trasera, otras en la parte superior, frontal o lateral, pero siempre del lado izquierdo.

Al entender que durante varios días sería imposible subir, pensé entonces en bajar aún más para quitarme definitivamente este dolor. Lo más que podría descender en camioneta era hasta 2,200 metros de altura en Zhangmu en la frontera con Nepal. Hice un plan con los agentes chinos para ir a dormir dos noches a Zhangmu, y de regreso pasar una en Tingri para regresar al cuarto día al Campamento Base.

Durante el camino a Zhangmu, con gran expectativa esperaba las bajadas en el camino pensando que de esa forma se me quitaría el dolor, pero incluso hasta la frontera después de 6 horas en la camioneta el dolor persistía. Esa noche decidí poner en acción el último recurso que me quedaba: comenzar a tomar Dexametasona para desinflamar definitivamte mi cerebro si así estuviera y regresar al campamento base. Mi primera dosis fue de 7mg y al día siguiente tuve que ir a la clínica médica en Zhangmu para conseguir más pastillas. Las siguientes dosis fueron de 3mg

La Dexametasona es un esteroide y un poderoso antiinflamatorio. La primera noche en Zhangmu la pasé de maravilla pero la mañana siguiente me desperté nuevamente con la extraña sensación. Durante todo ese día estuve evaluando mis opciones y veía tres escenarios:

1.- Regresar al campamento base norte con el riesgo de que se volviera a agravar esta situación que no había mejorado ni descendiendo casi cuatro kilómetros de altura desde el ABC. En China no contaría con un diagnóstico médico completo.

2.- Cruzar la frontera hacia Nepal sin posibilidad de regresar a China por el asunto de la visa y renunciando completamente al intento por la cara norte. En Nepal, viajar a Katmandú para ser revisado en un buen hospital por un neurólogo. Esto a su vez me ponía en dos escenarios:

a.- Si el neurólogo consideraba que era imposible volver a ascender, entonces empacaría mis maletas y regresaría a México.

b.- Si por otro lado, el doctor pensaba que tenía posibilidades de volver a ascender sin mucho peligro, me dirigiría al campamento base pero ahora de Nepal para intentar el Lhotse y el Everest, tal como fue mi plan B el año pasado.

Fueron muchas horas las que pasé meditando mis opciones, valorando los riesgos de cada una y finalmente decidí regresar a Nepal. Siempre he tratado de ser lo más prudente y conservador posible en estas expediciones, tal vez tendiendo hacia el exceso pero tal ver por eso estoy aquí para contarlo. Me quedo muy tranquilo por esa decisión y sin remordimiento alguno.

Hoy 29 de Abril, crucé la frontera a Nepal y tras cinco horas de camino en una camioneta me dirigí al Hospital Norvic para mi cita a las 2:00pm con el doctor Dr. Basant Pant, el director del centro de Neurología del hospital. Este es el mismo hospital donde me revisó el cardiólogo el año pasado.

Primero, le platiqué toda mi historia de los últimos días y que estaba tomando Dexametasona. Después me revisó los oídos, reflejos y también me revisó los ojos. Me dijo que veía que estaba elevada la presión ocular de mi ojo derecho (después me dijo a qué se debía). Me comentó que quería hacerme una tomografía lo antes posible y 5 minutos después estaba acostado y amarrado en el con la cabeza completamente sujetada con cintas para la tomografía. Diez minutos después, el doctor ya estaba revisando los resultados. Me comentó lo siguiente:

-En la tomografía veía que mi cerebro ya no estaba inflamado.
-No veía derrames de sangre ni hemorragias en el cerebro.
-Veía indicaciones de que el cerebro había estado inflamado y que había sido del lado izquierdo. Por esto es que se había provocado el aumento en la presión ocular derecha ya que al parecer los nervios están cruzados.
-Creía que la desinflamación había sido por descender y por el uso de Dexametasona.
-No pensaba que por todo esto habría sufrido algún daño permanente.

Como queriéndolo hacer lo más emocionante posible dejó para el final lo más importante: Si permanecía algunos días en Katmandú y si caminaba al Campamento Base Sur en vez de volar en helicóptero, consideraba que podría intentar el ascenso al Everest y Lhotse sin mayor riesgo.

Como si de pronto me hubieran quitado el gran peso de encima que venía arrastrando desde hace dos semanas sentí un respiro y un alivio inmediato.

Estoy dispuesto a subir nuevamente. Aunque sé que es tan sólo la mitad de mi proyecto original, el ascenso por el lado sur significaría para mi el volver a tener confianza en mi mismo y en demostrarme que aún tengo lo que se requiere para subir la montaña más alta del mundo. Incluso después de haber tenido un episodio ligero de edema cerebral.

Aún tengo que resolver algunas cosas de logística. Todo mi equipo de alta montaña está todavía en el campamento base en Tíbet y primero tiene que llegar a Nepal y posteriormente al lado sur del Everest. Pero esto es lo de menos. Personalmente, aprovecharé estos tres o cuatro días que estaré en Katmandú para poner en orden mi mente, concentrarme y en poner todo de mi mismo para tener éxito en esta segunda oportunidad que se me presenta.