Llegada al Campamento Base del Everest
Dejé Pheriche antes de las ocho de la mañana, en cuanto el
sol alcanzó la pequeña y comencé a caminar por el valle del Khumbu con rumbo a
Lobuche. Los primeros dos o tres kilómetros fueron prácticamente planos pero alrededor
tenía enormes montañas nevadas de más de 6 mil metros de altura. De pronto, el
camino gira hacia la derecha y comienza a subir hacia la morrena terminal del
glaciar del Khumbu que se origina en el Everest. De hecho cruzamos un puente
sobre el río por el que fluye todo el hielo que se derrite del glaciar y es
curioso ver que el color del agua es casi blanco. Subida, subida y más subida.
Pero después viene la recompensa porque se llega al memorial donde hay una pila
de rocas (llamadas chorten) por cada persona que ha muerto en el Everest,
escalando por el lado de Nepal. Hay banderas de oración de colores desplegadas
entre los chorten y con el blanco de los picos nevados hacen de esta una vista
inolvidable. Tan solo media hora después, caminando al lado del glaciar, llegué
a Lobuche, al Himalayan Eco Lodge. Por la tarde me bañé por primera vez en tres
días y me sentí como nuevo, olvidándome del cansancio acumulado.
El día siguiente fue de descanso y aclimatación en Lobuche.
Aunque tenía ganas de leer y salir a caminar por la tarde, al Eco Lodge llegó
mucha gente conocida y me pasé horas y horas platicando con ellos sobre los
planes que tiene para este año y recordando expediciones de años anteriores en
las que hemos participado. Finalmente llegó el día de llegar al campamento
base. Había nevado la noche anterior y comencé a caminar entre la nieve por el
camino que me es muy familiar. La última vez que recorrí este camino fue en
2011 ya que el año pasado el plan era sólo llegar hasta Lobuche. Pero caminaba
emocionado porque, aunque sabía que estaba llegando a la base de la montaña,
llegaba muy fuerte, sin enfermarme y sintiéndome listo para iniciar el ascenso
en los siguientes días. Pasando Gorak Shep se alcanza a ver a lo lejos la base
del glaciar del Khumbu y sobre él cientos de pequeñas tiendas de campaña de
muchos colores. El camino baja hacia el glaciar y alcancé a ver tiendas de
campaña que tenían el logo de Asian Trekking. He tenido la fortuna de escalar
con los sherpas de Asian Trekking durante muchos años y me recibieron con mucho
afecto. Me llaman “Chiri Triki” que en una baraja es el tres de tréboles. Como
estaba llegando tres días antes que el resto del grupo, sabía que no iba a
estar completamente listo nuestro campamento pero los sherpas habían hecho un
gran trabajo montando las cocinas y las tiendas-comedores. Tuve que montar mi
propia tienda de campaña y la comida y la cena fue con los sherpas. Por la
noche, a unos 5º bajo cero caminé hasta mi tienda de campaña. Me metí a mi
bolsa de dormir, cerré los ojos y le agradecía a la montaña el haber podido
llegar hasta ahí.
Mañana estaré subiendo las fotos de esta parte del camino en Facebook