Dos días caminando a Namche.


Sonó el despertador a las cinco de la mañana pero ya llevaba un rato despierto. Ya había dejado todas las maletas preparadas y algunos minutos después ya íbamos rumbo al aeropuerto para nuestro vuelo a los Himalaya. En Katmandú están separadas las terminales para vuelos nacionales y los internacionales pero son tan diferentes que parecería que están en países diferentes. Había ya una larga fila para entrar a la terminal nacional y Tshering y Mingma ya nos estaban esperando. Como todo lo demás en Nepal, la terminal nacional es un caos que de alguna manera funciona a la perfección. Para documentar las maletas para el vuelo es mejor no meterse y dejar que los sherpas se encarguen.

La pequeña avioneta de Tara Air despegó a tiempo a las 6:30 de la mañana justo cuando comenzaba a salir el sol en el valle de Katmandú. La avioneta tiene solo dos asientos por fila y nos sentamos hasta adelante, Ricardo del lado izquierdo con toda al vista a los Himalaya y yo del lado derecho donde podía ver al piloto y copiloto volar por la cabina abierta. El aterrizaje en Lukla nunca deja de ser emocionante con esa pista tan corta y con bastante inclinación. Me sorprendió que hacía mucho más frío de lo que esperaba y nos comentan que esta temporada ha sido más fría de lo normal.

Desayunamos en Lukla y comenzamos nuestra marcha por el valle del Khumbu. En ese primer día caminamos paralelamente al Dhud Kosi, el río de aguas blancas que baja por el valle. Después de tres horas llegamos a Phakding donde paramos un rato a descansar y comimos Dhal Bhat. Cruzamos el río tres o cuatro veces por unos puentes colgantes. Finalmente nos paramos a dormir en Monjo que está a unos 3,000 metros de altura.

Pasamos una buena noche aunque despertamos temprano, todavía sin acostumbrarnos al horario. En Jorsale está la entrada al Parque Nacional de Sagarmatha y nos registramos con nuestros permisos de escalar y pagamos una cuota de entrada al parque de 3,000 rupias cada uno (500 pesos aproximadamente). Nuevamente el camino nos llevó a lo largo del río hasta que cruzamos el último puente e iniciamos la subida a Namche. Es un ascenso de unos 600 metros a lo largo de un camino que zigzaguea por el bosque. Nos encontramos de tráfico de bajada de gente y de yaks. A la mitad del camino hicimos una breve parada para tomar agua y descansar un poco y continuamos sin parar hasta Namche.

Esta pequeña población ha crecido impresionantemente en la última década y tan solo en año y medio hay cinco o seis grandes edificios que son nuevos para mi. Nos quedamos en el Panorama Lodge donde Lakpa Doma y Sherab, los dueños, nos reconocieron de inmediato. Tuvimos que cumplir un requisito más de la burocracia Nepalí y pasamos a la oficina del SPCC (Sagarmatha Polution Controll Committee) a registrar los permisos de escalar de las dos montañas. Regresamos al hotel a bañarnos y a quitarnos la ropa polvorienta de estos dos días y luego regresamos al pueblo a tomar un café y a saludar a los conocidos que hemos hecho después de pasar varias veces por aquí.