Mi llamada desde la cima del Everest
La semana pasada, mi hermano estaba revisando las notas de voz que tenía grabadas en su celular y por primera vez me enteré de que habían grabado la llamada que les hice desde la cima del Everest en Mayo de 2010. Este es el contexto de la llamada:
Dolores severos en el pecho me habían hecho cancelar mi ascenso por el lado norte del Everest y era indispensable que me revisara un especialista antes de volver a intentar subir. Desde Tibet había tomado una camioneta que me llevó a la frontera con Nepal y en otro autobús llegué hasta Katmandú. Al día siguiente me revisó un cardiólogo y me detectó una arritmia no peligrosa, pero mi corazón parecía estar en relativas buenas condiciones. Doce horas después de que el doctor me dio su visto bueno, aterricé en el campamento base del lado sur. Posteriormente, en tan sólo 4 días escalé desde ese campamento base a 5,300 metros hasta la cima a 8,850 metros.
Todas las veces que he escalado en los Himalayas he llevado mi teléfono satelital por dos razones. Primero, por seguridad, en caso de requerir de ayuda o asistencia. Segundo, para tratar de hablar con mi familia desde la cima de la montaña y compartir el momento con ellos. Cuando he hecho esas llamadas, me encuentro en condiciones muy difíciles de hipoxia, frío, viento, y el peligro que presenta el descenso, y es por esto que me acuerdo muy poco de lo que dije en esos momentos.
Encontrarme con esta grabación fue una gran sorpresa. Pero la sorpresa fue que, estando en la cima de la montaña más alta del mundo, no reconocí que mi familia estaba mucho más emocionada y entusiasmada que yo. También me llamó la atención que para ellos era muy importante preguntarme lo que estaba viendo y cómo estaba el día, y para mí lo primordial era agradecerles su apoyo. Comparto este video con la grabación y algunas fotos de ese día.