El itinerario

Para ser una montaña de 6,800 metros de altura, parecería que  las tres semanas que durará la expedición al Ama Dablam son pocas. Hay que recordar que para escalar el Monte Everest pasamos cerca de dos meses en la montaña, desde nuestra salida de Katmandú, hasta que regresamos a esa misma ciudad.


Tres semanas son más que suficientes para caminar hasta el Ama Dablam, una vez ahí llevar el equipo a los campamentos, aclimatarnos, intentar el ascenso a la cima y finalmente hacer la marcha de regreso de la montaña. El itinerario que estaremos siguiendo es:


DIA
ACTIVIDAD
Nov. 2
Vuelo México - Los Ángeles - Bangkok
Nov. 3
En vuelo (día perdido por cruzar la línea internacional del tiempo)
Nov. 4
Llegada a Bangkok, y vuelo a Katmandú
Nov. 5
Katmandú - preparación de equipo de escalar
Nov. 6
Vuelo Katmandú - Lukla. Caminata a hasta Phakding
Nov. 7
De Phakding a Namche
Nov. 8
Día de descanso en Namche
Nov. 9
De Namche a Phortse
Nov. 10
De Phorste a Campamento Base (CB) Ama Dablam
Nov. 11
Porteo de equipo al Campamento 1 (C1) y regreso a dormir a CB
Nov. 12
Escalar de CB a C1 y pasar la noche en C1
Nov. 13
Porteo de equipo de C1 al Campamento 2 (C2). Pasar la noche en C1
Nov. 14
Escalar de C1 a C2  pasar la noche en C2
Nov. 15
Descender al CB
Nov. 16
Descanso en CB
Nov. 17
Escalar al C1
Nov. 18
Escalar al C2
Nov. 19
Escalar al C3
Nov. 20
Escalar a la Cima y regresar a dormir al C1
Nov. 21
Descender al CB
Nov. 22
Preparación del equipo para el regreso
Nov. 23
De CB a Namche
Nov. 24
De Namche a Lukla
Nov. 25
Vuelo Lukla - Katmandú
Nov. 26
Vuelo Katmandú - Bangkok - Los Angeles - México


La mejor forma de apreciar lo que representa el ascenso día a día es verlo en una gráfica en la que aparezca la altura a la que estaremos cada día:



A pesar de que hemos diseñado el itinerario para maximizar nuestras probabilidades de subir a la cima, existen como en todas las expediciones, factores imponderables tales como tormentas, nevadas, problemas de aclimatación, imposibilidad de volar de Katmandú a Lukla, etc. que nos pueden ocasionar retrasos en los planes o inclusive el no poder llegar a la cumbre. Vamos lo mejor preparados posible en cuanto al equipo, logística y entrenamiento, pero al mismo tiempo estamos conscientes que si las condiciones exceden el riesgo que estamos dispuestos a correr (y de verdad que es muy poco), lo dejaremos por la buena y regresaremos en mejores circunstancias.