Volando de regreso a los Himalayas
Tuve que hacer algunas compras como baterias para mi oximetro, repuestos de tinta, libros, etc. Tambien trate de reparar mi iPhone que se habia quedado sin luz de fondo en la pantalla pero me cobraban un dineral. Finalmente, ayer 1 de Mayo empaque las pocas cosas que traigo en mi mochila y que cargare conmigo durante los seis dias de trayecto hasta el campamento base. Pesa unos 15 o 20 kilos.
Hoy en la manana pasaron por mi despues de las 6am para ir al Aeropuerto. Estaba lloviendo y eso aseguraba casi que habrian retrasos para despegar. Pero sorprendentemente a las 7:30 en punto ya estabamos volando sobre el Valle de Katmandu. He tenido la oportunidad de realizar este vuelo unas 5 o 6 veces y nunca deja de ser emocionante. Entre montanas y nubes, volamos durante tres cuartos de hora y aterrizamos en Lukla como si fuera un juego mecanico de feria.
Recogi mi mochila y comence a caminar las dos horas y media hasta Phakding, donde pasare la noche. Hasta el momento no siento ningun problema con la altura, solo como unos pellizcos en la parte de atras del cuello pero deben ser secuelas del dolor que senti en Tibet.
He dividido el recorrido al Campamento Base en seis dias para ser muy conservador al subir. Si no hay contratiempos, estare llegando el 7 de Mayo, con todavia mucho tiempo de intentar escalar a las cimas del Everest y Lhotse.
Voy subiendo solo y aunque asi lo he hecho varias veces, lo siento aun mas porque estoy comparando este camino con la ultima vez que estuve aqui con mi papa en Noviembre. Se extrana la compania.
En Katmandú y con buenas noticias
En recuperación
y creo que con la medicina china, se fue completamente el dolor de cuello
pero en su lugar me dejó una sensación de cosquilleo en la parte superior
del cráneo, como un hormigueo permanente que me cuesta trabajo pensar que no
está relacionado con la altura.
En los tres días que he estado en el Campamento Base, nos han caído dos
nevadas tremendas y mientras escribo esto todas las montañas están blancas.
He estado en contacto con el Campamento Base Avanzado a través del radio y
han tenido problemas con las nevadas y con tormentas. Parece que no me estoy
perdiendo de mucho. Sin embargo, me tiene un poco nervioso esta sensación en
la cabeza. Es posible que al volver a subir se agrave nuevamente el dolor
pero no lo sabré hasta subir otra vez. Si comienzo a ascender mañana, tendré
más tiempo para aclimatarme antes del ascenso a la cima pero es posible que
no esté completamente recuperado. También, si paso un día completo más en el
campamento base, tendré más tiempo de recuperación, pero menos para
aclimatarme. ¿Qué hacer?
Forzado a descender
mañana del 21 de Abril, parecía como un zombi y había tomado todo tipo de
medicinas para eliminar el dolor. De tantas pastillas que había tomado ya
estaba hasta mal del estómago y hasta con nauseas. Pero hay una regla de oro
en la escalada de gran altura: si tienes problemas de salud, desciende. Con
esto también sigo mi principio de ser lo más conservador posible y de ser
proactivo cada vez que se presente una situación adversa, es decir, actuar
para solucionar el problema antes de que empeore.
A las dos de la tarde comencé a descender del ABC tras haber metido a mi
mochila algunas cosas esenciales como ropa, sleeping bag, lámpara y mi
botiquín. Mi destino esa tarde era el campamento intermedio. No sé si haya
sido algo psicológico o mi problema estaba relacionado con la altura, pero
conforme fui perdiendo altura comencé a sentirme mejor. Cerca de tres horas
tardé en bajar al campamento intermedio y cuando llegué me fui directo a mi
tienda de campaña, sin comer ni cenar nada. Con lo que me quedaba de
energía, saqué el sleeping bag de la mochila y dormí. Dicen que fue la noche
que más viento ha hecho desde que llegamos pero estaba tan cansado y mi
sueño fue tan profundo que no me enteré de nada.
La mañana del 22 de Abril, me desperté completamente repuesto pero sin
hambre. Tan solo tomé té e inicié el camino hasta el Campamento Base con la
intención de quitarme este problema del cuello lo antes posible y volver a
subir en cuanto antes. El doctor del equipo chino había bajado dos días
antes porque se sentía mal. Tras dejar mi mochila en nuestro campamento, me
dirigí al de los chinos pero me informaron que el doctor había descendido
aún más porque no se sentía bien. El año pasado inicié una muy buena
relación con Chang Sandu, el jefe del equipo de los chinos y en este
momento se encuentra en el ABC. Cuando le informé por radio que el doctor no
se encontraba en el campamento, me pidió que esperara media hora. En punto
llegó una camioneta para recogerme y llevarme hasta donde se encontraba el
doctor. ¡Increíble! Esto es muestra de que si a la gente se le trata con
respeto y afecto, lo mismo regresará en algún momento.
El doctor piensa que tan solo es una contractura muscular y no un problema
de altura. Me dio medicina china y me pidió que me quedara unos días en el
Campamento Base antes de volver a subir.
Tenía programado unos días de descanso en el Campamento Base antes de
iniciar el ascenso final a la cima. Ahora, utilizaré esos días para
recuperarme y en 3 ó 4 días volveré a subir, espero sin complicaciones. De
lo único que me arrepiento de haber descendido es que hoy fue nuestra
ceremonia de puja en el ABC. Le pedí a Mingma que junto al Lhapso (altar)
pusiera mis crampones, piolet y casco junto con los de los demás pero de
cualquier forma, mañana iré caminando al monasterio para pedir una ceremonia
personal. En esta montaña nunca se pueden tener demasiadas bendiciones.
Los primeros achaques
medio chueco y amanecí con el cuello un poco adolorido. La primera noche en
el ABC me costó mucho trabajo dormir y estuve dando vueltas hasta la
madrugada. Nos habían dejado una almohada bastante tiesa y estoy seguro que
esto fue lo que no me dejó dormir bien. Fue esa la peor noche que había
pasado hasta el momento y con el mismo malestar pasé todo el día.
En las primeras horas del día 20, era insoportable el dolor y
definitivamente esa fue la peor noche, superando a la anterior. Desesperado,
hice dos cosas: primero, me tomé una pastilla de ibuprofeno y un
antiinflamatorio. Después saqué mi navaja suiza y corté una orilla de la
almohada a la cuál acabé sacando más de la mitad del relleno. De esta forma
pude dormir algunas horas. En la mañana me estuve poniendo compresas de agua
caliente en el cuello y comenzó a reducir aún más el dolor. Por la noche,
mientras escribo esto, me siento mucho mejor y espero pasar ya una buena
noche en el ABC. Afortunadamente esto me está sucediendo antes de ascender
al Collado Norte.
Curiosamente, las cosas más sencillas muchas veces nos pueden forzar a
abandonar la expedición: una tos que se convierte en neumonía, una infección
intestinal que nos deja sin energía, una cortada que no sana, etc. Por esto,
trato de poner mucha atención en estos pequeños malestares.
Estaremos otros dos días aquí en el ABC, el segundo será la ceremonia de
puja y después, ¡para arriba!
Campamento Base Avanzado
Intermedio comenzó a llegar una cantidad impresionante de yaks trayendo
equipo. No creo exagerar cuando digo que han de haber sido más de diez cien
yaks. Como consecuencia de esto, era seguro que iba a haber tráfico en el
camino al Campamento Base Avanzado (ABC) y para ganarles a los yaks traté de
tener todas mis cosas listas en cuanto el sol golpeó nuestras tiendas de
campaña. No tuve éxito y durante todo el camino me quedé atrapado en medio
de dos caravanas de yaks. Estos magníficos animales cargan entre 40 y 60 kg
y como tienen el pelo largo aguantan la nieve, el frío y están acostumbrados
a la altura. Cuando caminan en secciones planas son más lentos que una
persona pero de subida vamos iguales y cuesta trabajo pasarlos.
Desafortunadamente casi todo el recorrido esa de subida y es por eso que
tuve que seguir a los yaks.
Cada grupo de yaks lleva un "arriero" tibetano y cuando les gritaban y
chiflaban a los yaks sentía que era a mí a quien animaban. Recorrimos
glaciares, enormes seracs, morrenas y secciones de roca sencillas. Todo el
camino fui siguiendo los yaks delante de mí y para antes de la hora de la
comida ya me encontraba en el campamento.
Llegué con mucho entusiasmo y mucho ánimo después de saludar a los sherpas y
agradecerles su trabajo, lo segundo que hice fue hablar a mi familia en
México para compartir la alegría que sentí al llegar al campamento. Al
llegar, el clima era agradable y el sol aún brillaba pero pronto se nubló
primero la cima del Everest y luego el valle y empezó a nevar fuertemente.
Uno a uno fueron llegando el resto de los miembros de la expedición. Con
gran alivio de poderse refugiar del mal clima.
Aquí en el ABC tenemos una tienda de campaña para cada uno de nosotros y sin
ver mi itinerario, estimo que podremos estar pasando 15 días en este
campamento. Se agradece tener un espacio personal y privado. Estamos
llegando antes que la mayoría de las expediciones y aún no han montado la
mayoría de los otros campamentos. Dentro de una semana este lugar parecerá
una pequeña ciudad de tiendas de campañas incrustadas en un glaciar y en un
glaciar y en la ladera de una montaña. Aquí pasaremos los siguientes días
antes de la ceremonia de puja y subir al collado norte.
Tan solo estar en el ABC es un deleite para mí. Con los años he aprendido
que hay que disfrutar cada día que paso en la montaña y que los momentos de
felicidad no solo se tiene al llegar a la cima sino cada día que vivimos
aquí. Como diría mi padre, la felicidad no es un destino, es un trayecto, y
no hay nada es más cierto que eso.
En el Campamento Intermedio
anteriores. Tal vez era la expectativa de comenzar la escalada finalmente.
Antes de desayunar guardé mi sleeping bag en la bolsa compactadora para que
ocupara menos espacio en la mochila. También desinflé, enrollé y guardé mi
colchón inflable. La noche anterior ya había dejado casi todo empacado y
para la hora de desayunar estaban todas mis cosas listas para partir.
De lo que más me gusta de este tipo de expediciones sin guía es el tenemos
completa libertad en cuanto al itinerario y los horarios. Yo decidí comenzar
a caminar como a las 9:30am esperando que a esa hora ya estuviera
calentándonos el sol e hiciera menos frío. Muy pronto me di cuenta que ese
plan hubiera funcionado cualquier otro día excepto hoy porque no había nada
de viento y el sol, aún más intenso al rebotar y concentrarse por las
montañas nevadas, nos golpeaba incesantemente. No había una sola nube en el
cielo.
El recorrido hacia el Campamento Intermedio (CI) es por al lado del glaciar
de Rongbuk que en esta parte está cubierto de piedras y grava. Aquí el
camino tiene poca inclinación y vamos subiendo paulatinamente. Unos cinco
kilómetros adelante, dejamos a un lado el glaciar y comenzamos a subir por
la ladera empinada de otra montaña que nos lleva a otro valle y la siguiente
parte del recorrido es junto a un río completamente congelado. Recuerdo que
el año pasado el río se estaba derritiendo en varias secciones pero esto
confirma mi teoría de que este año hace más frío que el año anterior. El CI
se encuentra en una pequeña planicie de una de las dos montañas que hay que
rodear para llegar al ABC. Está en un lugar seguro, protegido de la caída de
rocas.
Recorrí todo el camino sólo porque no hay mucho peligro en el trayecto.
Escuché música en mi iPod, pero sobre todo iba viendo el paisaje, las
montañas que se elevan a más de 7,000 metros de altura rodeando al Everest
como protegiéndolo de alpinistas curiosos. Lo cierto es que seguido me
detuve, agradeciendo a… no sé a quién, tal vez al universo, por permitirme
estar nuevamente en esta montaña y con la oportunidad de cumplir mi sueño.
No conté cuántas horas me llevó el recorrido pero para la hora de la comida
ya me encontraba instalándome en la tienda de campaña que compartiré con
Bill. Este es un campamento sólo de paso y lo usamos sólo para dormir una
noche de camino hacia el ABC y no lo utilizamos cuando descendemos al CB.
Alrededor de mi tienda de campaña hay una docena de yaks que con las
campanas que tienen amarradas al cuello nos arrullan para dormir a 5,800
metros de altura.